Psicóloga Paola Uribe: duelo por muerte de hijo dura hasta dos años

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La psicóloga colombiana Paola Uribe ha centrado su trabajo investigativo en el duelo provocado por la muerte de un hijo, un proceso emocionalmente más arduo que otras pérdidas, según estudios psicológicos. En diálogo con Infobae Colombia, explicó las etapas del modelo propuesto por Elisabeth Kübler-Ross —negación, ira, negociación con esperanza, depresión y aceptación—, así como estrategias de afrontamiento y señales que indican la necesidad de intervención profesional. Este tipo de duelo invierte el orden natural de la vida, genera la pérdida de proyectos y sueños futuros, y altera profundamente la dinámica familiar, especialmente en contextos como el colombiano donde persiste un tabú social que prioriza las muertes de personas mayores.

En Colombia, el duelo por la pérdida de un hijo se considera uno de los más difíciles de elaborar, confirmado por investigaciones que destacan su impacto mayor en comparación con otras formas de luto. Cambia la dinámica familiar, sobre todo cuando hay otros hijos involucrados, y puede volverse patológico si no se aborda adecuadamente, afectando la recuperación afectiva y psicológica de los padres.

Etapas no lineales y duración del proceso

Las etapas del duelo según Kübler-Ross no son lineales y varían según factores como las creencias culturales y el apoyo recibido, donde estrategias como la resolución de problemas, el apoyo psicosocial, la negación temporal o la expresión emocional juegan roles clave. Paola Uribe enfatiza que el proceso puede extenderse entre uno y dos años en condiciones normales, pero se considera patológico si se cronifica en seis a ocho meses en casos de pérdida de un hijo. Señales de alerta para buscar ayuda profesional incluyen la insensibilidad emocional, irritabilidad constante y la pérdida de sentido vital.

“El dolor de un padre se expresa en muchas ocasiones como «yo ya viví; ¿por qué no fui yo?», siendo este el argumento más recurrente en la literatura sobre el duelo por la muerte de un hijo, ya que invierte el orden natural de la vida. Con la muerte de un hijo se hace un duelo también a futuro, con su muerte se pierden todos los proyectos y sueños que nunca podrán cumplirse”

Paola Uribe, psicóloga

La experta subraya la importancia de una comunicación abierta en la familia, reconociendo que cada miembro vive el duelo de forma única: algunos hablan, otros lloran, gritan o reaccionan con enojo. La terapia resulta fundamental para acompañar estos procesos, permitiendo la expresión e integración del dolor en lugar de su represión.

“Cada proceso es diferente, al igual que cada persona lo es. El duelo puede extenderse más de lo esperado en algunos casos, incluso llegar a perdurar entre uno y dos años. Para quienes trabajamos y acompañamos procesos de duelo es importante estar atentos para facilitar una adecuada elaboración emocional del dolor para que la persona pueda avanzar en su recuperación afectiva y psicológica”

Paola Uribe, psicóloga

“La clave está en mantener una comunicación abierta dentro de la familia, reconociendo y respetando que cada integrante vive el duelo de una manera diferente”

Paola Uribe, psicóloga

“Unos hablarán, otros llorarán, otros gritarán o incluso reaccionarán con enojo; cada uno expresa el dolor de manera única. La terapia cumple un papel fundamental al acompañar emocionalmente estos procesos, permitiendo que el dolor se exprese y se integre en lugar de ser reprimido”

Paola Uribe, psicóloga

En un país donde el duelo por hijos sigue siendo un tema tabú, el análisis de Paola Uribe invita a una mayor conciencia sobre la necesidad de apoyo profesional y familiar para transitar este dolor profundo, fomentando una elaboración saludable que permita reconstruir la vida cotidiana.

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