La Procuraduría General de la Nación anunció la apertura de una investigación disciplinaria contra el general Juan Miguel Huertas, comandante del Comando de Personal del Ejército, y Wilmar Mejía, responsable de la Dirección Nacional de Inteligencia, por presuntas relaciones con las disidencias de las Farc lideradas por Alexander Mendoza Díaz, conocido como alias Calarcá. Esta decisión surge tras revelaciones difundidas por W Radio, que apuntan a una supuesta infiltración y conexión directa entre estos altos funcionarios y el grupo armado ilegal.
La investigación se basa en una exhaustiva revisión de archivos clasificados realizada durante aproximadamente un año por la Unidad Investigativa de Noticias Caracol, la cual analizó conversaciones, mensajes de correo electrónico, correspondencia escrita, fotografías y numerosos documentos. Estos materiales evidencian relaciones entre las disidencias de las Farc y altos funcionarios estatales, con los investigados apareciendo como figuras clave en el mapeo de la estructura de dichas conexiones, tanto en información pública como en los archivos examinados.
Revelaciones que sacuden al alto mando militar e inteligencia
El trabajo periodístico, respaldado por Colprensa y el periodista Sergio Acero, expone un entramado de vínculos que compromete la integridad de instituciones clave en Colombia. Las disidencias bajo el mando de alias Calarcá, un líder prominente del grupo, han sido señaladas en estos documentos como receptores de supuestos apoyos o contactos directos desde esferas estatales, lo que ha motivado la intervención inmediata de la Procuraduría para esclarecer las responsabilidades disciplinarias.
Este caso representa un nuevo capítulo en las tensiones entre las fuerzas armadas, los organismos de inteligencia y los remanentes de las antiguas Farc, recordando la importancia de la transparencia en la lucha contra el crimen organizado en el país. Las autoridades procuraduriales avanzarán en el proceso para determinar si las acciones de Huertas y Mejía configuran faltas graves, mientras la opinión pública espera respuestas contundentes sobre estas graves acusaciones.
