Gustavo Petro, presidente de Colombia, se ubica en el octavo lugar del ranking continental de imagen positiva entre los mandatarios sudamericanos, con un 36,7 por ciento de percepción favorable según una encuesta realizada entre el 11 y el 16 de noviembre de 2025 en los países de la región. El sondeo, que midió la valoración de la gestión presidencial a través de opiniones favorables, desfavorables e indiferentes, consultó a más de mil personas por nación y reveló una desaprobación del 59,8 por ciento para Petro, con un 16,5 por ciento de indecisos o no respondieron. En detalle, solo el 3 por ciento calificó su gestión como muy buena, el 13,6 por ciento como buena, mientras que el 26,7 por ciento la consideró mala y el 40,2 por ciento muy mala.
Esta posición deja a Petro por encima únicamente de Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, con 21,4 por ciento de imagen positiva y 75,3 por ciento negativa, y de José Jerí, de Perú, con 32,5 por ciento favorable frente a 51,8 por ciento desfavorable. Respecto al mes anterior, Petro experimentó una caída de 1,4 puntos porcentuales, pasando del 38,1 por ciento en octubre, en contraste con el crecimiento de 2,9 puntos que registró Jerí, donde el 11,1 por ciento lo evaluó como muy bueno, 21,4 por ciento bueno, 27,9 por ciento malo y 23,9 por ciento muy malo, sumado a un 15,7 por ciento de indecisos.
El promedio regional y los líderes del ranking
El ranking está encabezado por Rodrigo Paz, presidente de Bolivia, con un sólido 51,7 por ciento de imagen positiva, seguido de cerca por Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil, con 48,5 por ciento, y Javier Milei, de Argentina, con 47,2 por ciento. Les siguen Yamandú Orsi, de Uruguay, con 46,3 por ciento; Santiago Peña, de Paraguay, con 45,3 por ciento; Daniel Noboa, de Ecuador, con 40,2 por ciento; y Gabriel Boric, de Chile, con 40,1 por ciento. El promedio regional de imagen positiva se situó en 45,8 por ciento, destacando los contrastes en las percepciones sobre las gestiones presidenciales en Sudamérica, donde las evaluaciones se segmentaron en categorías de muy buena, buena, mala, muy mala e indiferentes.
Esta medición subraya las variaciones en la popularidad de los líderes sudamericanos, reflejando desafíos en la gestión gubernamental en medio de contextos económicos y políticos diversos en la región.

















