Julián Eduardo Cifuentes Gómez, principal implicado en el asesinato del sacerdote Darío Valencia Uribe, párroco de la iglesia Perpetuo Socorro de Pereira, aceptó formalmente los cargos por homicidio agravado, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego, así como ocultamiento de evidencia. La decisión se tomó ante un juez de control de garantías de Risaralda, quien dictó medida de aseguramiento en cárcel el 24 de noviembre de 2025, tras la imputación presentada por un fiscal de la seccional.
El crimen ocurrió el 25 de abril de 2024 en Pereira, durante una reunión para la venta de una camioneta por 30 millones de pesos. Según los detalles revelados en el proceso, Cifuentes Gómez disparó contra el sacerdote en el interior del vehículo y luego arrojó el cuerpo en una zona rural de Belalcázar, en Caldas. Para eliminar rastros, trasladó la camioneta y la lavó con el fin de borrar sangre y evidencias. Dos días después, el 29 de abril, huyó del país, pero su rastro se perdió hasta septiembre de 2024, cuando se halló el cuerpo de la víctima.
Captura internacional y regreso a Colombia
La investigación, coordinada por el CTI de la Fiscalía y el Gaula de la Policía Nacional, activó una notificación roja de Interpol que llevó a la localización de Cifuentes Gómez en Francia. Fue capturado en el aeropuerto El Dorado de Bogotá al ingresar al país escoltado por autoridades colombianas para enfrentar los cargos. Este avance judicial marca un hito en el caso, que ha conmocionado a la comunidad risaraldense por la brutalidad contra un líder religioso.

















