Un agente de Tránsito de Bogotá protagonizó un incidente que generó indignación pública al golpear repetidamente a un ciudadano que intervino en una persecución el pasado 20 de agosto en la Autopista Sur, a la altura de la localidad de Bosa. Según un video viral captado por un transeúnte y difundido en redes sociales, el uniformado, cuya identidad no ha sido revelada, tiró al suelo al hombre vestido con camisa azul que pedía detener la agresión contra otro individuo de camisa roja que huía corriendo, para luego propinarle golpes con los puños y usar su propio casco para impactarlo en la cabeza.
El video, que rápidamente se volvió viral, muestra cómo el ciudadano intervenía de manera pacífica solicitando al agente que parara, pero recibió una respuesta violenta que ha desatado un debate sobre el uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades. La Policía Metropolitana de Bogotá, a través del general Daniel Gualdrón, confirmó la apertura de una investigación disciplinaria para esclarecer los hechos e identificar a los responsables, en medio de un contexto nacional marcado por el aumento de enfrentamientos entre agentes de tránsito y ciudadanos durante este año.
Rechazo institucional y llamados a la capacitación
Testigos presenciales no intervinieron por temor a represalias similares, mientras que en las redes sociales miles de usuarios exigen capacitaciones obligatorias para los uniformados y sanciones ejemplares contra el agente involucrado, que podrían incluir desde una suspensión temporal hasta la destitución definitiva del cargo. La causa exacta de la persecución inicial y la discusión con el hombre de camisa roja aún no ha sido aclarada por las autoridades.
“Rechazamos esta clase de comportamientos y el uso desmedido de la fuerza. Seremos contundentes frente a las denuncias ciudadanas que impliquen la participación de policías en actos que vayan en contra vía de los preceptos institucionales”
General Daniel Gualdrón, Policía Metropolitana de Bogotá
Este suceso se suma a una serie de incidentes similares reportados en Colombia, resaltando la necesidad de protocolos más estrictos para el manejo de interacciones con la ciudadanía por parte de los agentes de Tránsito, en un esfuerzo por restaurar la confianza pública en las instituciones encargadas de la movilidad y el orden vial.

















