El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), bajo la dirección del teniente coronel Daniel Fernando Gutiérrez, asignó la Escuela de Postgrados de Policía “Miguel Antonio Lleras Pizarro” como centro de reclusión para el general en retiro Rodolfo Palomino, exdirector de la Policía Nacional, quien fue condenado a 84 meses y un día de prisión, equivalentes a siete años, por el delito de tráfico de influencias. La decisión se tomó mediante la Resolución 010382 del Inpec, tras la entrega voluntaria de Palomino, y fue confirmada por un oficio de la Escuela de Postgrados, dirigido por la teniente coronel Andrea del Pilar Carrillo como subdirectora, que garantiza un cupo en su Centro Especial de Reclusión.
Este establecimiento, ubicado en el segundo piso del Casino de Oficiales dentro del Complejo Carcelario y Penitenciario con Alta, Media y Mínima Seguridad de Bogotá, en la localidad de Suba al norte de la capital, frente al centro comercial Colina, adscrito al complejo penitenciario de la ciudad, aplica protocolos estrictos de traslado desde centros transitorios. Actualmente, Palomino permanece en una celda de paso en el Búnker de la Fiscalía, en el occidente de Bogotá, marcando un nuevo capítulo en su proceso judicial supervisado por el magistrado Jorge Caldas Vera.
El origen del caso: intervención indebida en favor de Gonzalo Gallo
La condena contra Palomino se deriva de su intervención indebida en un proceso penal contra Gonzalo Gallo, investigado por enriquecimiento ilícito, concierto para delinquir y lavado de activos. Los hechos ocurrieron el 8 de febrero de 2014, cuando el general acudió a la residencia de la fiscal Sonia Lucero Velásquez acompañado del mayor Jorge Enrique Rodríguez Peralta, director de la Dijín, con el propósito de evitar una orden de captura contra Gallo mediante tráfico de influencias como servidor público.
Este lugar de reclusión es conocido por albergar a figuras como el general en retiro William René Salamanca y la fiscal general Luz Adriana Camargo, lo que resalta su carácter especial dentro del sistema penitenciario colombiano. La asignación representa un paso clave en el cumplimiento de la sentencia, mientras se ultiman los detalles del traslado definitivo desde el Búnker de la Fiscalía.
