La Fuerza Aérea Colombiana, a través de su comandante general Luis Carlos Córdova, reiteró que Estados Unidos no presentó una oferta formal para la adquisición de aviones completamente nuevos, lo que resultó determinante en la decisión de comprar 17 aeronaves Gripen de la sueca Saab por un valor de 16,5 billones de pesos. Esta posición se confirmó en medio de la última comunicación con representantes estadounidenses en febrero de 2025, durante negociaciones directas entre autoridades colombianas y suecas que incluyeron una evaluación comparativa de plataformas durante una década.
Pierre Farkas, director ejecutivo de Saab en Colombia, respaldó esta versión al enfatizar que la elección del Gripen se basó en requisitos estratégicos de largo plazo, así como en análisis técnicos, operativos y financieros exhaustivos. La necesidad de reemplazar la flota de Kfir, cuya vida útil está cerca de agotarse y presenta una disminución en la disponibilidad logística, impulsó esta adquisición de aeronaves completamente nuevas, en contraste con la propuesta de Estados Unidos que se limitó a equipos de segunda mano.
Negociación exclusiva y cuestionamientos en curso
El contrato, estimado en 16 billones de pesos por el Gobierno Nacional al incluir no solo las aeronaves sino también sistemas tecnológicos asociados, se gestó en un proceso exclusivo entre instancias técnicas y oficiales de Colombia y Suecia, sin la intervención de terceros. Saab negó categóricamente cualquier participación de la primera dama Verónica Alcocer o intermediarios privados, subrayando la transparencia de las tratativas.
Sin embargo, la decisión ha reabierto un debate público ante cuestionamientos sobre posibles sobrecostos, los cuales se encuentran bajo revisión por parte de organismos de control. La controversia gira en torno a los criterios de selección y la ausencia de una propuesta competitiva de Estados Unidos, elementos que siguen generando discusión en el contexto de la modernización de la Fuerza Aérea Colombiana.
