El senador del Centro Democrático Andrés Guerra Hoyos reveló haber advertido desde el principio la profunda desconfianza que generaba Miguel Uribe Londoño dentro del partido, luego de su expulsión de la consulta interna para elegir candidato presidencial rumbo a 2026. En una reciente entrevista con la revista Semana y durante una reunión virtual con precandidatos como María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y el director Gabriel Jaime Vallejo —a la que no asistió Paola Holguín—, Guerra expuso las tensiones internas provocadas por las acciones del economista y abogado de 73 años, cuyo equipo contactó a la encuestadora AtlasIntel para realizar un tracking paralelo, lo que llevó al aplazamiento del proceso por cuestionamientos a su transparencia.
La salida de Uribe Londoño fue anunciada por el partido mediante un mensaje que atribuía su renuncia a una comunicación de Abelardo de la Espriella a Álvaro Uribe Vélez, aunque el exprecandidato la negó rotundamente y rechazó la expulsión, argumentando que se basaba en versiones de prensa o llamadas telefónicas. Guerra, quien previamente se retiró de la contienda, desafió a los precandidatos restantes y a la dirección partidista a desmentir su versión de los hechos, sin recibir respuestas hasta el momento. Este episodio involucró también a María Claudia Tarazona, viuda de Miguel Uribe Turbay, y generó fuertes reacciones en redes sociales tras la expulsión.
Tensiones que fragmentan al Centro Democrático
En el contexto de una encuesta Invamer reciente, Abelardo de la Espriella lideraba con 18,2 por ciento de intención de voto, mientras Miguel Uribe Londoño apenas alcanzaba el 4,2 por ciento, lo que resalta las divisiones internas del partido ante la consulta que ahora continúan solo Paola Holguín, María Fernanda Cabal y Paloma Valencia. Guerra enfatizó cómo estas maniobras de Uribe y su equipo han provocado una molestia permanente y continua entre sus colegas.
“El tiempo me dio la razón”
Andrés Guerra Hoyos, senador del Centro Democrático
El legislador describió un escenario inicial de voces alzadas por la dificultad de comprender las acciones de Uribe, subrayando que “era un escenario muy difícil de entender. Se alzaron las voces” y que “eso ha generado una molestia permanente y continua”. Por su parte, el propio Uribe Londoño protestó con vehemencia contra su exclusión.
“Es inaceptable que se me excluya de un proceso del cual soy parte, por versiones de prensa o de llamadas telefónicas”
Miguel Uribe Londoño, exprecandidato presidencial
Este conflicto expone la fragmentación creciente en el Centro Democrático, con precandidatos y directivos enfrentados en un momento clave para definir su liderazgo de cara a las elecciones de 2026, dejando al descubierto las fisuras que podrían debilitar su unidad estratégica.
