Agentes de la Policía Metropolitana de Manizales capturaron este martes 2 de diciembre de 2025 a un subintendente originario de Pereira y a un patrullero procedente de Bucaramanga, ambos adscritos a esa institución, por presuntos delitos de tortura, abuso de autoridad y omisión de socorro contra un recluso en la Unidad de Protección de Personas Privadas de la Libertad de Manizales, adscrita al Inpec. Los hechos ocurrieron en mayo de 2024 y fueron denunciados inicialmente por la esposa del afectado, un hombre condenado a 10 años de prisión por tentativa de homicidio y porte ilegal de armas de fuego. La Personería de Manizales impulsó la investigación basada en esa declaración, lo que derivó en un operativo conjunto con la Dijín y el CTI de la Fiscalía, culminando en las primeras audiencias judiciales este miércoles 3 de diciembre.
Según el relato de la denunciante, los uniformados sometieron al recluso a malos tratos físicos que incluyeron patadas, puños en la cara y todo el cuerpo, así como nueve descargas con una táser, después de sacarlo del patio, esposarlo con las manos atrás y llevarlo a un baño para evadir las cámaras de seguridad. Además, lo dejaron varias horas esposado a una reja sin atención médica adecuada, en medio de burlas porque se había orinado en la ropa, configurando así tratos crueles e inhumanos, agresión física y psicológica, y privación de socorro.
Reacciones y garantías institucionales
El coronel Dave Anderson Figueroa Castellanos, comandante de la Policía Metropolitana de Manizales, confirmó que se dispusieron elementos de juicio suficientes para presentar a los implicados ante un juez, subrayando que deben rendir cuentas y que la institución garantizará transparencia en las investigaciones por estos malos tratos físicos a una persona. La captura renueva el debate recurrente en Colombia sobre las condiciones de detención y el trato a personas privadas de la libertad, cuestionando el uso desproporcionado de la fuerza y los lineamientos para quienes están bajo custodia policial.
“Se burlaron de él porque se orinó en la ropa. Lo sacaron del patio, lo esposaron con las manos atrás, lo llevaron al baño para evitar las cámaras y le dieron patadas, puños en la cara y en el cuerpo, lo tiraron al suelo y le aplicaron 9 descargas con la táser”
Esposa del recluso, denunciante
El proceso judicial avanza a cargo de la Fiscalía, con un veredicto esperado para inicios de 2026, en el marco de la política de cero tolerancia a abusos policiales, mientras la investigación busca determinar todas las responsabilidades por los delitos imputados en este grave incidente ocurrido en una de las principales unidades carcelarias de la región.

















