El cantante Miguel Ayala ha regresado triunfalmente a los escenarios en Ibagué, Tolima, junto a su padre, el intérprete Giovanny Ayala, después de pasar 16 angustiantes días secuestrado en una zona boscosa de Cauca. El artista y su mánager, Nicolás, fueron interceptados por hombres armados mientras se desplazaban por la región, afectada por la violencia, y liberados gracias a un exitoso operativo conjunto de Gaula y el Comando Jungla de la Policía Nacional. Su reaparición ocurrió en una celebración previa al encendido del alumbrado navideño, donde interpretaron éxitos como Llorar, El primer tonto, Confieso y No te pido nada más, marcando un emotivo retorno ante miles de seguidores.
El secuestro, que involucró a dos personas y generó profundo alivio en la familia, los seguidores y el ámbito musical, destaca las precarias condiciones de seguridad para figuras públicas en zonas conflictivas. Miguel y Nicolás permanecieron atados, sin luz natural y completamente aislados, recibiendo amenazas verbales constantes pero sin agresiones físicas, por lo que optaron por cooperar con sus captores. La identidad de los secuestradores sigue bajo investigación policial, ya que los cautivos recibieron versiones contradictorias sobre si pertenecían a las Farc, otro grupo armado o eran simples delincuentes comunes.
El terror de la noche y el rescate providencial
En entrevistas con Blu Radio y el programa Buen día, Colombia, Miguel Ayala relató con crudeza los momentos más duros de su cautiverio. «La noche era lo más horrible. Uno no podía… cualquier ruido, una rama, y uno pendiente de que no le fueran a hacer algo. Tener los ojos cerrados era igual a tenerlos abiertos, no se veía absolutamente nada», describió el cantante, quien también confesó las constantes intimidaciones: «Nos decían que si nos escapábamos nos iban a disparar». El clímax llegó durante el operativo de rescate, cuando «ellos se pararon. Nadie llegaba sin avisar… cuando vimos un zapato verde del Gaula Comando Jungla… Luego, sonaron varios disparos y yo me agaché porque uno no sabe se hagan delante de uno… jalé muy duro a mi amigo y caímos en un hueco que yo ni sabía que estaba ahí y desde ahí gritamos: ‘¡Somos nosotros, somos nosotros!’».
«Quiero agradecer de todo corazón a cada una de las personas que me tuvieron presente en sus oraciones durante los días más difíciles de mi vida. Agradezco infinitamente a Dios, porque sin Él no estaría hoy escribiendo estas palabras, y también a todas las personas que unieron su fe, encendieron una vela y enviaron fuerzas para mí y para mi amigo Nicolás».
Miguel Ayala, cantante
Desde su cuenta de Instagram, Ayala expresó su gratitud: «Volviendo a cantarles con todo el cariño, gracias a todas las personas, por tanto amor ❤», y añadió: «Gracias por cada mensaje, cada palabra y cada oración. Aunque no podía leerlos, sentía su energía y su apoyo. Prometo responderles a todos cuando esté más calmado. Dios los bendiga y nunca se despeguen de Él». Su familia, por su parte, resumió el sentimiento colectivo al afirmar que «nos volvió el alma al cuerpo». Este caso subraya la efectiva respuesta policial ante secuestros en regiones vulnerables y refuerza la fe de la comunidad en las instituciones de seguridad.

















