El ministro de Justicia (e), Andrés Idárraga, anunció este fin de semana tres medidas prioritarias para fortalecer la seguridad en las cárceles colombianas, tras las fugas de dos reclusos en menos de 24 horas: Pedro David Nieves Mosquera, el pasado 7 de diciembre desde la Cárcel La Picota en Bogotá mediante un cambiazo con el visitante Alexander Marulanda Ríos, y Dairo Arcadio Zapata Mazo, el 8 de diciembre desde la Cárcel y Penitenciaría La Paz en Itagüí, descendiendo con sábanas desde el pabellón dos. Nieves Mosquera cumple una condena de 28 años por secuestro extorsivo y hurto, mientras que Zapata Mazo enfrenta 35 años por extorsión y secuestro.
Idárraga expresó profunda preocupación por estos eventos, atribuyéndolos a controles de verificación de identidad y acceso «rudimentarios» y «arcaicos». La Fiscalía determinará la responsabilidad de Marulanda Ríos en el cambiazo de La Picota, en tanto operativos de recaptura se mantienen en curso para ambos prófugos.
Medidas anunciadas para combatir las fugas
Las acciones incluyen una investigación financiera a la Unidad de Inteligencia Financiera por posibles sobornos y transacciones sospechosas, la actualización de sistemas biométricos a través de la Uspec para modernizar los controles, y a partir de la próxima semana, en coordinación con el Ejército y la Policía, la implementación de dos anillos de seguridad perimetral en las cárceles de mayor riesgo, como Valledupar, Caldas, Ibagué, Cómbita y la Modelo de Bogotá, con el fin de prevenir no solo fugas sino también la entrada de celulares.
«Efectivamente, el Ministerio de Justicia está muy preocupado por esta situación que no se puede seguir normalizando. En lo corrido de estos últimos cuatro años, llevamos en total cuarenta y cuatro personas que han salido de las cárceles de manera irregular, fugadas a través de distintas modalidades. Las más recientes, como ya comentaron, el cambiazo que sucedió en La Picota y una persona que se fue por una cuerda en la cárcel de Itagüí».
Andrés Idárraga, Ministro de Justicia (e)
Estas fugas forman parte de una crisis histórica en el sistema carcelario, marcada por deudas en infraestructura y tecnología, con 44 escapes irregulares en los últimos cuatro años, incluyendo 10 hechos al romper barrotes y cinco escalando muros. La polémica crece por la aparente normalización de estas irregularidades, que Idárraga describió como producto de procedimientos «bastante rudimentarias, arcaicas para poder controlar, hacer la seguridad de las personas privadas de la libertad».
«una tercera fase que vamos a hacer a partir de la próxima semana, en coordinación con Ejército, con Policía, que tiene que ver con dos anillos de seguridad perimetral de las cárceles que más nos preocupan para poder contener no solamente ese tipo de situaciones que terminaron en fuga, también la entrada de celulares a las cárceles».
Andrés Idárraga, Ministro de Justicia (e)
El Gobierno busca con estas iniciativas revertir la vulnerabilidad del sistema penitenciario y restaurar la confianza pública, en medio de un contexto donde las cárceles de alta peligrosidad demandan intervenciones urgentes para evitar más incidentes.
