Sergio Fajardo y Abelardo De la Espriella, dos destacados aspirantes presidenciales, anunciaron que no participarán en las consultas interpartidistas programadas para marzo de 2026 y optarán por competir directamente en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Colombia. Esta decisión implica caminos separados para ambos, con De la Espriella formalizando su aspiración al recolectar 4,6 millones de firmas ante la Registraduría Nacional, mientras Fajardo busca evitar las disputas internas y la polarización que caracterizan estos procesos.
La movida de ambos candidatos altera significativamente el mapa electoral de cara a 2026, en un contexto donde 32 movimientos y partidos ya han manifestado su intención de participar en las consultas, incluyendo el Centro Democrático, el Partido Liberal, el Pacto Histórico y Cambio Radical. Tradicionalmente, estas consultas han sido un mecanismo habitual para ordenar candidaturas en las elecciones presidenciales colombianas, pero Fajardo y De la Espriella argumentan que su ausencia permite buscar una nueva mayoría con control propio de sus campañas, alejados de las divisiones internas.
Voces del centro político y razones profundas
El anuncio resuena en un país marcado por la polarización, como lo describió el propio Sergio Fajardo tras recorrer el territorio nacional en múltiples ocasiones, donde encontró una Colombia llena de divisiones, malestares, rabias, frustraciones e incertidumbres. De la Espriella, por su parte, enfatizó su apertura a la unidad pese a no ir a la consulta de marzo. Esta decisión fragmenta el voto del centro y la derecha, complica posibles coaliciones y reduce la visibilidad de los participantes en las consultas, en un escenario impulsado previamente por Álvaro Uribe Vélez, quien había promovido una coalición de centro-derecha que incluía a ambos.
«No voy a la consulta de marzo, pero estoy abierto a la unidad»
Abelardo De la Espriella, aspirante presidencial
Figuras como David Luna, líder del centro político, defendieron las consultas como una herramienta que no debilita al sector, sino que lo ordena, lo despierta y le otorga legitimidad democrática, insistiendo en que Colombia necesita una alternativa alejada de los extremos construida en conjunto. Críticas han surgido de líderes como Mauricio Cárdenas y expertos tales como Alejandra Barrios de la MOE, Juan Pablo Milanese y Javier Leonardo Garay, quienes advierten sobre el aumento de candidaturas personalistas y su posible influencia en otros aspirantes.
«Colombia está mamada de la polarización. He recorrido el país en múltiples oportunidades… encuentro una Colombia diferente. Es un país con divisiones, malestares, rabias, frustraciones y mucha incertidumbre»
Sergio Fajardo, aspirante presidencial
«Una consulta no debilita al centro político: lo ordena, lo despierta y le da legitimidad democrática. El centro debe mostrar carácter. Colombia necesita una alternativa alejada de los extremos, y esa alternativa se construye juntos»
David Luna, líder del centro
En última instancia, esta fragmentación podría reconfigurar las dinámicas electorales, potenciando candidaturas independientes pero desafiando la formación de alianzas sólidas en un panorama político cada vez más volátil para las presidenciales de 2026.

















