Un juez de ejecución de penas otorgó libertad condicional a Laureano Martínez Cortés, el mayordomo de Fernando Sanclemente, exembajador de Colombia en Uruguay, exdirector de la Aeronáutica Civil y exgerente de TransMilenio, quien fue condenado por su participación en un laboratorio de cocaína ubicado en la finca Haras de San Fernando, en el municipio de Guasca, Cundinamarca, a solo 60 kilómetros de Bogotá. La decisión se tomó tras cumplidas tres quintas partes de su pena de 10 años de prisión, impuesta en agosto de 2023, lo que equivale a poco más de dos años en cárcel, gracias a un preacuerdo con la Fiscalía donde actuó como testigo clave al facilitar la ubicación de la finca y revelar el conocimiento que tenía Sanclemente sobre las actividades ilícitas.
El caso se originó en 2020 con un operativo policial que destruyó el laboratorio, capaz de producir una tonelada de cocaína al mes, en una propiedad perteneciente a la sociedad Las Colinas del Guasca Ltda., de la familia de Sanclemente. Martínez Cortés fue sentenciado por concierto para delinquir agravado, falsa denuncia y tráfico de estupefacientes agravado, además de una multa superior a 4.000 salarios mínimos legales mensuales vigentes. Durante el proceso, se evidenció que el mayordomo notificó a Sanclemente sobre los vehículos con insumos químicos y los trabajadores que ingresaban por turnos al predio, e incluso que el exfuncionario ordenó quemar documentos para evitar su vinculación.
Finca extinguida y Sanclemente impune
En septiembre de 2024, un juzgado de Bogotá ordenó la extinción de dominio de la finca Haras de San Fernando, valorada en más de 150.000 millones de pesos, que ahora es administrada por la Sociedad de Activos Especiales (SAE). Pese a las acusaciones de conocimiento y ocultamiento de pruebas en su contra, Fernando Sanclemente no ha sido condenado, dejando el caso sin resolución definitiva para el principal implicado mientras su exmayordomo recupera la libertad por su colaboración judicial.
Esta liberación resalta las dinámicas de los procesos penales en casos de narcotráfico de alto perfil, donde testigos clave como Martínez Cortés obtienen beneficios a cambio de información crucial, aunque el grueso de la responsabilidad recae en figuras de mayor poder económico y político como Sanclemente, cuya finca se convirtió en el epicentro de una estructura criminal de gran envergadura.

















