La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif), liderada por José Ignacio López, alertó sobre los riesgos de un aumento elevado del salario mínimo para 2026, especialmente si se combina con la reducción de la jornada laboral a 42 horas semanales a partir de junio de ese año. En sus publicaciones recientes, tituladas “Incremento del salario mínimo: una discusión técnica” e “Inflación desacelera, pero riesgo en indexación salarial persiste”, Anif advierte que esta combinación elevaría los costos laborales en Colombia, amenazando la formalidad laboral y la estabilidad económica general. Mientras los empresarios proponen un incremento del 7,21% y los trabajadores exigen un 16%, las negociaciones para el salario mínimo 2026 se perfilan como un punto crítico en medio de una inflación anual de noviembre que se desaceleró al 5,3%, frente al 5,5% de octubre.
La inflación acumulada en 2025 alcanza el 4,8%, superior al 4,7% de 2024, con contribuciones significativas provenientes de alojamiento y servicios públicos, alimentos, restaurantes y hoteles, que representan el 67,2% del total. Anif destaca que los incrementos salariales entre 2022 y 2023 superaron en 3 a 5 puntos porcentuales la inflación más la productividad, rompiendo con la regla técnica establecida para el salario mínimo, la cual considera solo la inflación causada más la productividad sectorial. Esta tendencia se observa de manera recurrente desde 2015, generando desequilibrios que ahora se agravan con la inminente reducción progresiva de la jornada laboral.
Riesgos de mayor informalidad y presiones inflacionarias
La reducción a 42 horas semanales obligará a las empresas a reorganizar turnos o contratar más personal, lo que incrementará el costo por hora trabajada y amplificará los riesgos en un mercado laboral colombiano ya marcado por altos niveles de informalidad y baja productividad. Anif calcula que rubros como educación, salud, transporte, cuidado personal y servicios domésticos aceleran sus precios cuando los aumentos salariales superan la inflación, afectando servicios sensibles como pensiones en colegios privados, guarderías, citas médicas particulares, cuotas moderadoras de las EPS, peluquerías y personal de apoyo doméstico. Esta dinámica genera presiones inflacionarias adicionales, particularmente en bienes y servicios indexados al salario mínimo, con una tendencia positiva entre la variación del salario y la inflación anual en sectores específicos.
“los mayores costos por hora trabajada amplifican este riesgo”
Anif
Los impactos recaerían con mayor fuerza en las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) y en trabajadores de baja calificación, fomentando mayor informalidad y desestabilizando la economía. Anif subraya que estos aumentos reales del salario mínimo no solo elevan costos, sino que perpetúan un ciclo inflacionario en servicios esenciales.
“el mercado laboral colombiano ya presenta altos niveles de informalidad y baja productividad”
Anif
“nuestros cálculos muestran que rubros como educación, salud, transporte, cuidado personal y servicios domésticos tienden a acelerar sus precios cuando los incrementos salariales superan la inflación”
Anif
Frente a este panorama, Anif insta a una discusión técnica rigurosa para 2026, priorizando la sostenibilidad económica sobre incrementos desmedidos, en un contexto donde la formalidad laboral y el control inflacionario son clave para el desarrollo del país.

















