Buñuelos colombianos: origen multicultural y guía de elaboración casera
Los buñuelos son bocados dorados que han construido una identidad culinaria que trasciende fronteras, según un informe de El Espectador. Este alimento surge de la interacción entre tradiciones de tres continentes: maíz de origen español, técnicas de amasado de procedencia estadounidense y un método de fritura con raíces africanas.
La combinación de estos elementos dio lugar a un emblema gastronómico presente en diversas regiones, que admite versiones dulces y saladas. En Colombia, la receta adquiere una particularidad destacada: la inclusión generosa de queso en la masa, lo que define su carácter distintivo frente a variantes de otras latitudes.
En el ámbito local, este rasgo se identifica como un sello característico de la preparación colombiana, mientras que en otros lugares se emplea mayoritariamente trigo o se espolvorea la masa con azúcar. Este contraste genera una experiencia textural suave y un perfil de sabor propio que acompaña celebraciones y desayunos.
«La fusión entre queso y masa da una textura especialmente suave y un sabor distintivo que se mantiene en el paladar» – Carla López, chef y analista gastronómica
Guía práctica para la elaboración doméstica (basada en pautas citadas por El Espectador):
- En un cuenco, combine queso rallado con fécula, azúcar y polvo de hornear.
- Agregue un huevo y, sin prisa, vaya incorporando leche mientras amasa hasta obtener una mezcla homogénea y consistente.
- Divida la masa en porciones redondas de aproximadamente 70 gramos cada una.
- Caliente abundante aceite a una temperatura adecuada y fría las porciones; la masa debe subir en torno a 10 a 15 segundos desde el inicio de la fritura, sin agitarlas para permitir que giren por sí solas.
- Retire cuando alcancen un tono dorado y deje escurrir sobre papel absorbente; sirva de inmediato.
Notas contextuales: la versión con queso colombiana se ha consolidado como una propuesta preferida en celebraciones, desayunos y reuniones familiares.
