El dólar estadounidense cerró el pasado 15 de diciembre en un promedio de 3.819,61 pesos colombianos, según el reporte de cotización de Dow Jones, lo que representa un alza del 0,45 por ciento frente a la sesión previa que había terminado en 3.802,64 pesos. Esta variación marca un cambio de tendencia respecto a la ligera bajada del 0,05 por ciento observada en la jornada anterior, en un contexto de reacciones a eventos políticos que influyen en el mercado cambiario colombiano.
En la última semana, la moneda estadounidense registró una depreciación del 1,05 por ciento, mientras que en el último año acumula una caída del 10,68 por ciento. La volatilidad en los últimos siete días alcanzó el 9,35 por ciento, y de manera anual se sitúa en el 10,09 por ciento, reflejando la inestabilidad que caracteriza al peso colombiano, controlado por el Banco de la República mediante sus diversas denominaciones en monedas de 50, 100, 200, 500 y 1.000 pesos, muchas de ellas bimetálicas en los casos de 500 y 1.000, con diseños inspirados en la biodiversidad nacional como el oso de anteojos, la guacamaya bandera, la rana de cristal y la tortuga caguama.
Proyecciones económicas para 2025 con riesgos en el horizonte
Corficolombia presenta perspectivas para 2025 que anticipan un crecimiento del PIB en torno al 2,6 por ciento, con una inflación proyectada hacia finales de ese año cercana al 4 por ciento. Sin embargo, estas estimaciones incorporan riesgos significativos como tensiones fiscales, problemas en el sector energético, conflictos sociales, inseguridad creciente, el fortalecimiento del dólar impulsado por políticas de Estados Unidos bajo Donald Trump, así como desafíos derivados de la depreciación cambiaria e indexación de servicios en la segunda mitad del año. Cabe destacar que la inflación ha descendido a lo largo de 2024, aunque el sistema financiero colombiano mantiene una resiliencia notable pese al aumento de la morosidad y la caída en la rentabilidad, con una recuperación gradual en marcha.
Entre los datos históricos del peso, resalta el billete de 1.000 pesos que circuló entre 1996 y 2002, pero perdió popularidad debido a su fácil falsificación, lo que subraya los esfuerzos continuos del Banco de la República por robustecer la moneda nacional ante presiones externas e internas.
