En una alocución presidencial transmitida el martes 23 de diciembre de 2025, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, anunció que fijará por decreto el salario mínimo para 2026, incorporando por primera vez en la normativa del país el concepto de “salario mínimo vital” familiar, con el objetivo de garantizar condiciones de vida digna para los trabajadores y sus hogares. Esta medida surge tras el fracaso de las negociaciones en la Comisión de Concertación de Políticas Salariales, donde no se logró un acuerdo entre sindicatos y empresarios, obligando al Gobierno a intervenir directamente antes del 30 de diciembre de 2025.
El nuevo enfoque del decreto, que regirá a partir de 2026, se basa en la canasta mínima vital familiar y el promedio de personas aportantes por hogar, pasando de un salario mínimo individual a uno familiar, como lo enfatizó el mandatario. Este cambio responde a la jurisprudencia de la Corte Constitucional en la sentencia C-426, que protege el poder adquisitivo del salario ajustándolo al menos a la inflación, y al artículo 53 de la Constitución Política, que establece el salario mínimo como vital y móvil. Además, se alinea con el Convenio 131 de la Organización Internacional del Trabajo, que exige que sea suficiente para cubrir las necesidades básicas del trabajador y su familia en el contexto económico y social del país.
Fracaso en la mesa de concertación
Las conversaciones en la Mesa de Concertación Tripartita, lideradas por el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino, no prosperaron debido a las amplias diferencias entre las posturas: los sindicatos, encabezados por la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y su presidente Fabio Arias, demandaron un aumento del 16% más auxilio de transporte, equivalente a unos 1.651.180 pesos, argumentando una brecha según la OIT de 2.104.000 pesos para 2025; mientras que los empresarios propusieron un 7,21%, compuesto por inflación del 5,3% y productividad del 0,91%. Un incremento del 12% elevaría el salario a 1.593.760 pesos, pero la falta de consenso llevó al Gobierno a optar por el decreto, siguiendo los precedentes de 2024 y 2025.
Comparación histórica del salario mínimo real
Durante el Gobierno de Gustavo Petro, entre 2023 y 2025, el salario mínimo real creció un 17,7%, revirtiendo el descenso del 1,4% registrado en el período de Iván Duque de 2019 a 2022, y superando el aumento del 4,7% en la administración de Juan Manuel Santos de 2015 a 2018. Estas cifras subrayan el énfasis del actual mandato en la recuperación del poder adquisitivo, ahora extendido al ámbito familiar mediante el decreto inminente.
“Nivel salarial necesario para proporcionar un nivel de vida digno a los trabajadores y sus familias. El salario familiar, no individual. Y eso va en el decreto, salario vital por primera vez en Colombia (…) El salario mínimo debe garantizar condiciones de vida digna y ajustarse a otras variables económicas que hemos discutido. La jurisprudencia, la Cetesia 426, es el derecho a mantener el poder adquisitivo del salario, es decir, que suba al menos como la inflación”.
Gustavo Petro, presidente de Colombia
“Ese concepto lo metemos en el decreto. Es el salario familiar, no individual. Esos datos existen, se aplican y nos dan el salario mínimo que vamos a decretar. Es un cambio”.
Gustavo Petro, presidente de Colombia
“Debe ser suficiente para cubrir las necesidades básicas del trabajador y su familia, considerando el contexto económico y social del país”.
Organización Internacional del Trabajo (OIT), Convenio 131
Este anuncio marca un hito en la política salarial colombiana, al priorizar el bienestar familiar sobre el individual y responder a décadas de debate jurídico y social, con el decreto pendiente que definirá el monto exacto basado en datos precisos de la canasta vital, asegurando así un avance hacia mayor equidad en medio de las tensiones entre gobierno, sindicatos y sector empresarial.
