El dólar estadounidense se negoció este 24 de diciembre en un promedio de 3.738,50 pesos colombianos en el mercado cambiario local, registrando una baja del 0,51 por ciento frente a los 3.757,79 pesos de la jornada anterior, según reporte del Dow Jones. Esta caída marca la séptima sesión consecutiva de descensos para la divisa norteamericana frente al peso, en un contexto de debilidad internacional del dólar y volatilidad derivada de la política y la situación fiscal interna del país.
En términos semanales, el tipo de cambio acumula una variación negativa del 1,9 por ciento, mientras que en el año presenta un retroceso del 13,13 por ciento. La volatilidad en los últimos siete días alcanza el 8,2 por ciento y la anual se sitúa en 9,93 por ciento, reflejando un comportamiento sensible a las expectativas de estabilidad en la franja entre 3.730 y 3.770 pesos, influida por la reciente emergencia económica y los debates políticos en curso.
Proyecciones económicas para 2025 según Corficolombia
Para el próximo año, Corficolombia proyecta un crecimiento del PIB colombiano del 2,6 por ciento, impulsado principalmente por el consumo privado y la inversión, aunque advierte riesgos asociados a desafíos fiscales, problemas en el sector energético, conflictos sociales, inseguridad, el fortalecimiento del dólar a nivel externo y la inflación en Estados Unidos. La inflación al cierre de 2025 se estima cerca del 4 por ciento, en un panorama donde la del 2024 ha mostrado un descenso significativo, pero con presiones pendientes por la depreciación cambiaria y la indexación de servicios.
Resiliencia del sistema financiero y características del peso colombiano
El sistema financiero colombiano evidencia resiliencia pese al aumento de la morosidad y la caída en la rentabilidad, con una recuperación gradual gracias a las tasas de interés y el repunte de la inversión. El peso colombiano, moneda de curso legal controlada por el Banco de la República, circula en denominaciones de 50, 100, 200, 500 y 1.000 pesos; las monedas de 500 y 1.000 pesos son bimetálicas para mayor seguridad, y sus diseños aluden a la biodiversidad nacional, como el oso de anteojos, la guacamaya bandera, la rana de cristal y la tortuga caguama. Cabe destacar que la moneda de 1.000 pesos, introducida entre 1996 y 2002, perdió popularidad por su fácil falsificación.
En resumen, la tendencia bajista del dólar ofrece un respiro momentáneo en medio de incertidumbres, pero el mercado permanece atento a los desarrollos políticos y fiscales que podrían alterar esta franja de estabilidad proyectada para finales de año.
