Una mujer conocida con el alias de «Johana» encabeza redes de apoyo del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que explotan filtraciones de bases de datos oficiales para planificar ataques selectivos contra miembros de la Fuerza Pública en Colombia. Según fuentes de inteligencia militar, esta líder opera principalmente en regiones como Antioquia, Chocó y partes de Córdoba, donde se encuentra actualmente localizada en Chocó, aunque realiza desplazamientos con un grupo armado de aproximadamente treinta hombres hacia Antioquia. La información proviene de interceptaciones telefónicas recientes, testimonios humanos y el descifrado de códigos en sus comunicaciones, que revelan cómo utilizan datos sensibles de uniformados para identificar objetivos, incluso aquellos en retiro o vacaciones.
Las redes bajo el mando de «Johana» verifican la pertenencia de las víctimas a instituciones estatales mediante mujeres que llaman la atención para confirmar los blancos, coordinando así ataques dirigidos contra miembros de la Fuerza Pública fuera de servicio. Este modus operandi busca maximizar el impacto en medio de la pugna del ELN por control territorial frente a otros actores armados ilegales, en un contexto donde las filtraciones exponen vulnerabilidades graves y han incrementado el temor en las filas militares y policiales, llevando a un redoblamiento de medidas de autoprotección y labores de contrainteligencia.
Métodos de verificación y origen de las filtraciones
Las autoridades han detectado que «Johana» desplaza su grupo armado para ejecutar estas operaciones, basadas en bases de datos sensibles filtradas al ELN, lo que ha activado investigaciones internas para rastrear la ruta de la filtración y posibles colaboraciones desde dentro de las instituciones. Fuentes de inteligencia militar enfatizan la gravedad del asunto, con información preliminar sobre el origen de estos datos que podría derivar en procesos disciplinarios y judiciales.
«No descartamos que utilice a mujeres que llaman la atención para poder confirmar los objetivos, es decir, verificar que las víctimas sí pertenezcan a alguna institución a las que tienen en la mira.»
Fuente de inteligencia militar, citada por El País y Colprensa
El conflicto armado en Colombia, que supera las seis décadas con actores como las Farc y el ELN, ha visto un acuerdo de paz con las Farc en 2016, aunque persisten disidencias, mientras los diálogos con el ELN bajo el gobierno de Gustavo Petro enfrentan crisis y fallos en los ceses al fuego. Estas filtraciones agravan la situación, exponiendo a uniformados y generando un clima de alerta permanente en la Fuerza Pública.
«Tenemos información preliminar que nos indica de dónde pudo haber salido estas bases de datos, pero estamos recopilando los elementos materiales probatorios para iniciar los procesos disciplinarios, pero también judiciales porque es sumamente grave estas filtraciones.»
Fuente de inteligencia militar, según Christian Escobar Mora/EFE
Frente a esta amenaza, las fuerzas de seguridad intensifican sus esfuerzos de contrainteligencia para desmantelar estas redes y cerrar las brechas de seguridad, en un intento por proteger a sus miembros y contrarrestar las ambiciones territoriales del ELN en estas zonas críticas del país.
