Cuatro personas, entre ellas una niña de tres meses y un menor de seis años, perdieron la vida tras el naufragio de una lancha que transportaba cerca de 40 pasajeros desde Buenaventura hacia Timbiquí, en el Cauca. El trágico incidente ocurrió en la tarde del 27 de diciembre en aguas del Pacífico caucano, específicamente en la bocana del río Naya y cerca de Punta Ají, a solo 15 minutos del casco urbano de Timbiquí. La embarcación chocó contra un tronco flotante sumergido, lo que provocó su rápido hundimiento en medio de condiciones meteorológicas adversas y una posible falla mecánica, según las primeras versiones de las autoridades municipales y la Armada Nacional.
Entre las víctimas fatales se encuentran dos adultos, además de los dos menores, mientras que al menos dos personas siguen desaparecidas. Varios ocupantes fueron rescatados inicialmente por navegantes locales que transitaban por la zona, en un esfuerzo inmediato de auxilio que salvó vidas en medio del caos. Kilian Cuero, alcalde de Timbiquí, y las autoridades han expresado su profundo pesar por esta tragedia que ha conmocionado a la comunidad.
Dolor colectivo y solidaridad en Timbiquí
El transporte marítimo y fluvial resulta esencial para las comunidades aisladas de la región, donde estas vías son el principal medio de conexión. En respuesta al suceso, la Armada Nacional y socorristas locales han activado operativos de búsqueda para localizar a los desaparecidos, mientras una investigación preliminar determina las causas exactas del naufragio. Las autoridades han hecho un llamado urgente a extremar precauciones, revisar a fondo las embarcaciones y evaluar las condiciones climáticas antes de cualquier zarpada.
“Todo el pueblo está con dolor, acompañando a las familias en este difícil momento”.
Kilian Cuero, alcalde de Timbiquí
“Nos solidarizamos con las víctimas, les enviamos un abrazo de acompañamiento desde la administración municipal”.
Kilian Cuero, alcalde de Timbiquí
Esta lamentable tragedia subraya la vulnerabilidad de las rutas acuáticas en el Pacífico caucano y la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad para prevenir futuros desastres, en un contexto donde el mar y los ríos siguen siendo arterias vitales para la vida cotidiana de sus habitantes.
