Un grupo de jóvenes generó un escándalo en un puesto de comidas rápidas ubicado en vía pública de Barranquilla al consumir completamente una salchipapa valorada en 30.000 pesos y negarse rotundamente a pagar, lo que derivó en un altercado público que fue capturado en un video aficionado compartido en redes sociales y que rápidamente se viralizó con cientos de compartidos y comentarios.
El incidente, registrado por un hombre que aparentemente es uno de los propietarios del puesto, muestra a los jóvenes riendo, posando para la cámara y presumiendo sus zapatos mientras argumentaban que el plato «no tenía casi proteína», justificando así su negativa al pago. Los involucrados incluyeron a los consumidores, los dueños del negocio que reclamaron públicamente y contactaron a las autoridades, el hombre que grabó el video y patrulleros de la policía que observaron la escena en el momento.
El reclamo que se volvió viral
En el video, difundido por Noticias Barranquilla en Facebook, se escucha al hombre que graba exigiendo el pago con frases directas y cargadas de frustración, mientras los jóvenes respondían con burlas y desafíos, escalando el conflicto ante los ojos de transeúntes y las autoridades presentes. Los propietarios del puesto no escatimaron en palabras para confrontar a los deudores, quienes terminaron envueltos en un intercambio verbal que capturó la atención inmediata de las redes sociales.
«Se mamaron una salchipapa y no la pagaron»
Hombre que graba el video
«Paga las salchipapas, paga las salchipapas»
Hombre que graba el video
Otras intervenciones incluyeron insultos como «Usted es un chirrete, oyó» y ofertas sarcásticas del grabador: «No tienes pa’pagar, ¿te presto? bobo», a lo que uno de los jóvenes replicó con «Culé de envidia», y hasta una joven de cabello rizado preguntó «¿Me veo linda?» en medio del caos, mientras el reclamo culminaba en «saca 30 pesos ahí pa’ve». Aunque no se ha confirmado ninguna sanción hasta el momento, la legislación indica que negarse a pagar bienes consumidos puede acarrear privación de libertad o multas económicas, dejando abierta la posibilidad de consecuencias legales para los implicados.
Este episodio resalta las tensiones cotidianas en el comercio callejero de Barranquilla y ha desatado un debate en redes sobre la responsabilidad cívica y el respeto a los pequeños emprendedores, con el video continuando su expansión viral y atrayendo opiniones divididas entre apoyo al vendedor y burlas a los jóvenes.

















