Zulma Guzmán Castro, empresaria bogotana y principal sospechosa de envenenar con talio a dos menores que fallecieron en abril pasado, ha intentado borrar su rastro digital al eliminar información de redes sociales y sitios web, mientras la Fiscalía General de la Nación le asignó un abogado de oficio. Actualmente, se encuentra hospitalizada en un hospital universitario del sur de Londres bajo la Ley de Salud Mental británica, tras ser rescatada del río Támesis, a la espera de un proceso de extradición impulsado por las autoridades colombianas.
El crimen ocurrió en el apartamento del economista Juan De Bedout, expareja de Guzmán Castro con quien mantenía una relación extramatrimonial, cuando el 3 de abril de 2025 ella coordinó el envío de frambuesas congeladas contaminadas con talio utilizando nombres falsos, correos electrónicos diferentes e identidades de empresas distintas. Cuatro personas consumieron la fruta en Bogotá, resultando en la muerte de dos menores y graves secuelas médicas permanentes para otras dos, por lo que enfrenta cargos por homicidio agravado y tentativa de homicidio, con una posible pena de entre 40 y 50 años de prisión.
Proceso de extradición y vigilancia en el extranjero
Tras los hechos, Guzmán Castro se trasladó por vía terrestre desde Mánchester hasta Londres, donde las autoridades colombianas ya conocen su ubicación exacta en el hospital. La fiscal Elsa Cristina Reyes, de la fiscalía 100 de la Unidad de Vida, ha entregado pruebas contundentes y coordina diplomáticamente con el Reino Unido la extradición, solicitando además vigilancia adicional en el centro médico mientras se espera una valoración clínica y un dictamen médico por parte de un tribunal británico.
Antes de su internamiento, la sospechosa contactó al menos a dos abogados en Colombia para consultar certificados de antecedentes penales, sin revelar su verdadera ubicación, y ha emitido declaraciones contradictorias alegando un montaje y la consulta a un amigo en la Fiscalía, versión rechazada por completo por las autoridades que la vinculan directamente al envío tóxico.

















