En la tarde del 28 de diciembre de 2025, un proyecto de decreto sobre el aumento del salario mínimo para 2026 se filtró en redes sociales en Colombia, proponiendo un incremento del 23 por ciento que elevaría el valor mensual de 1.423.500 pesos a 1.750.905 pesos, un ajuste gradual hacia el salario mínimo vital estimado en alrededor de 1.800.000 pesos. El documento, publicado por periodistas como Norbey Quevedo, anticipa un decreto oficial esperado para el 29 o 30 de diciembre y confirma adelantos del ministro del Interior, Armando Benedetti, sobre una meta cercana a esa cifra, en medio de la gestión del ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, y el presidente Gustavo Petro.
Este aumento de 327.405 pesos busca implementar por primera vez el salario mínimo vital determinado por la canasta mínima vital, alineado con estándares de la Organización Internacional del Trabajo, que define este nivel como necesario para proporcionar un nivel de vida digno a los trabajadores y sus familias. El esquema propone ajustes adicionales en años posteriores para cerrar la brecha salarial, con monitoreo de variables económicas como la inflación de noviembre de 2025, que se situó en 5,30 por ciento, priorizando la sostenibilidad fiscal tras el incremento del 9,54 por ciento aplicado en 2025, cuando el salario mínimo alcanzó los 1.423.500 pesos y el ingreso mensual total del trabajador mínimo, incluyendo subsidio de transporte, prima, cesantías e intereses, llegó a 1.910.319 pesos.
Fundamentos y reacciones al proyecto
El proyecto de decreto justifica el 23 por ciento como una medida debidamente motivada y constitucionalmente razonable, fundamentada en la comparación entre el salario vital estimado y el mínimo legal vigente, lo que permite un avance alineado con la sostenibilidad fiscal. El presidente Gustavo Petro ha enfatizado este enfoque al declarar que el salario vital es el concepto que se pone en el decreto, representando lo que busca su gobierno.
“La decisión de aplicar un ajuste del 23% se fundamenta técnicamente en la comparación entre el salario vital estimado y el salario mínimo legal vigente, lo que permite justificar el porcentaje elegido como una medida razonada y alineada con la sostenibilidad fiscal. El esquema plantea que, tras el aumento inicial, se realizarán ajustes adicionales en los años siguientes para continuar cerrando la brecha salarial”
Proyecto de decreto
Sin embargo, el anuncio genera controversia: el profesor de Economía de la Universidad Javeriana, Jorge Restrepo, critica que el salario mínimo regula el ingreso individual, mientras que el mínimo vital se refiere a un hogar sin una metodología definida clara. Además, el Banco de la República advierte que aumentos desmesurados podrían afectar la inflación, el empleo formal y fomentar la informalidad, en un contexto donde el decreto oficial se aplicaría desde el 1 de enero de 2026.
“Salario vital, ese concepto lo ponemos en el decreto, es lo que buscamos”
Gustavo Petro, Presidente de Colombia
Esta filtración marca un paso clave en la política laboral del gobierno Petro, equilibrando aspiraciones de equidad con precauciones económicas, mientras el país espera la versión oficial del decreto en las próximas horas.
