En el barrio Castilla de la comuna 5 de Medellín, jóvenes y vecinos han revivido una tradición de fin de año que consiste en deslizarse por las empinadas calles utilizando bolsas negras rociadas con agua enjabonada como un improvisado rodadero gigante. El video de esta divertida actividad, compartido por el creador de contenido Haski en TikTok el 27 de diciembre de 2025, se viralizó rápidamente, atrayendo miles de vistas y comentarios desde el sector Golu, específicamente en la carrera 70 #96-14, donde la diversión se extendió hasta el 5 de enero de 2026.
La actividad, abierta de manera gratuita incluso a menores de edad, transforma las pendientes del barrio en una pista resbaladiza: las bolsas negras se colocan en el suelo, se rocían con jabón y agua, y al final de la trayectoria espera un colchón para recibir a los participantes de forma segura. Esta costumbre, que busca alegrar las fiestas de fin de año, ha generado tanto entusiasmo como preocupación entre los internautas por los riesgos involucrados en las calles empinadas.
Reacciones mixtas en redes sociales
El clip original provocó una oleada de comentarios que van desde la envidia hasta el humor y la inquietud, con usuarios expresando frases como «Cambiaría cualquier Europa por estar ahí» o «La inteligencia artificial nunca va a superar Latam», mientras otros cuestionaban «¿Cómo se les ocurre hacer eso?». Ante el interés masivo, Haski publicó un segundo video aclarando la dirección exacta para quienes quisieran unirse a la tradición, que forma parte de las curiosas costumbres de fin de año en diversas regiones de Colombia compartidas en plataformas digitales.
«No tranquilos hay un colchón al final de la pista q te recibe sano y salvo»
Haski, creador de contenido en TikTok
«Nosotros antes de ponerlo barremos la calle y la lavamos por qué nuestros hijos también se deslizan por ahí»
Ciudadano del barrio Castilla
Esta tradición resalta la creatividad y el espíritu festivo de los barrios populares antioqueños, aunque no se reportaron cifras específicas de participantes ni incidentes, subrayando cómo las redes sociales amplifican estas expresiones culturales locales con un toque de riesgo y diversión familiar.

















