El presidente Gustavo Petro anunció un nuevo relevo en la cúpula de las Fuerzas Militares de Colombia, designando al general Alejandro López Barreto como nuevo Comandante General, al general Royer Gómez como comandante del Ejército, al general Carlos Fernando Silva al frente de la Fuerza Aérea y ratificando al almirante Juan Ricardo Rozo en la Armada. Este movimiento, el tercero de su gobierno desde agosto de 2022, implica la salida de figuras como el general Erik Rodríguez, considerado el sucesor natural, y rompe con la tradición de respetar la línea de antigüedad, ya que Royer Gómez tenía al menos ocho generales por encima en el orden de mando.
El anuncio se produce dos semanas después de una revisión interna motivada por recientes ataques perpetrados por el ELN en Aguachica, Cesar, donde murieron siete militares, y por disidencias de las Farc en Buenos Aires, Cauca, que mantuvieron el control de la zona durante siete horas. Estos incidentes subrayan los crecientes desafíos de seguridad que el país enfrentará rumbo a las elecciones de 2026, en medio de un incremento alarmante de los grupos armados ilegales, que pasaron de 15.000 integrantes en 2022 a más de 25.000 en la actualidad, junto con cultivos de coca que superan las 260.000 hectáreas y una producción anual de cocaína por encima de las 3.000 toneladas. Además, el ELN ha desplazado al menos a 80.000 personas en la región del Catatumbo.
Antecedentes y cifras de un relevo masivo
Desde la llegada de Petro al poder, 76 generales y almirantes han sido relevados, y se estima que once generales adicionales podrían seguir el mismo camino en las próximas semanas. López Barreto, quien participó como observador en los diálogos con el ELN, representa una señal clara hacia la política de ‘paz total’. Este cambio coincide con la salida del ministro de Defensa Iván Velásquez y la entrada de Pedro Sánchez, lo que frenó temporalmente la prohibición de bombardeos contra los grupos armados, generando inconformidad en la cúpula saliente por las concesiones percibidas en las mesas de negociación.
«Lo que busca (Petro) es reafirmar lo que ha hecho durante todo su periodo de gobierno: contar con una Fuerza Pública que no se oponga a sus intereses de abrir y mantener múltiples mesas de negociación de paz con distintos grupos criminales y retomar los diálogos con el Eln”
Hugo Acero, analista
El impacto inmediato de estos nombramientos incluye un periodo de adaptación de hasta dos meses para las Fuerzas Militares, en un momento crítico previo a las elecciones de 2026. Analistas ven en esta decisión una apuesta presidencial por alinear el alto mando con su visión de paz, aunque persisten dudas sobre la efectividad frente a la escalada de violencia que ha marcado los últimos meses.
