En un acalorado intercambio de mensajes en la plataforma X, Juan Daniel Oviedo, exdirector del Dane y precandidato presidencial, y Alfredo Saade, pastor y activista, protagonizaron un rifirrafe público desencadenado por el anuncio del presidente Gustavo Petro sobre la inscripción de un comité ciudadano promotor de la Asamblea Nacional Constituyente ante la Registraduría Nacional del Estado Civil en Colombia.
El presidente Petro reactivó la discusión sobre el futuro institucional del país al confirmar que “se ha inscrito el comité ciudadano por la Asamblea Nacional Constituyente en la Registraduría Nacional” y enfatizó que “el pueblo no se debe dejar quitar su poder de transformar a Colombia y progresar”. Esta inscripción abrió un nuevo capítulo en la agenda pública, generando confrontaciones que reflejan el profundo disenso entre sectores opuestos a la propuesta presidencial y quienes la respaldan con argumentos de poder popular.
Defensa de la Constitución de 1991 y ataques cruzados
Oviedo, firme defensor de la Constitución de 1991 y del Estado de Derecho, respondió tajantemente al anuncio, argumentando que “Colombia no necesita una nueva Constitución. Necesita un nuevo gobierno que sí respete la ley y la haga cumplir”. En otra publicación, aclaró su posición en la Gran Consulta Nacional: “La @GranConsulta la tenemos clara: No a la Constituyente de @petrogustavo. Sí a la Constitución del 91. No necesitamos un dictador, preservemos el Estado de Derecho”.
“Todo el que le diga no a la Constituyente no recibirá un solo voto en las urnas. La Constituyente nace en el corazón del poder popular”
Saade, alineado con la tesis presidencial, contraatacó con dureza, advirtiendo que quienes rechacen la Constituyente no obtendrán apoyo electoral. Oviedo no se quedó atrás y replicó directamente: “Ni pastor, ni candidato, ni constituyente, y mucho menos un santo inocente”, intensificando el debate en redes sociales que pone en evidencia las divisiones políticas ante esta controvertida iniciativa.
Este enfrentamiento en X subraya las tensiones crecientes en torno a la propuesta de Petro, que busca una transformación profunda del país, mientras opositores como Oviedo insisten en fortalecer las instituciones existentes sin recurrir a una nueva carta magna.
