El debate sobre el aumento del salario mínimo en Colombia para 2026 se encuentra estancado sin avances significativos en la mesa de concertación tripartita, donde sindicatos como la CUT, liderados por su presidente Fabio Arias, y los empresarios han presentado documentos de salvedad detallados tras agotar el plazo de 48 horas para sustentar sus posiciones. Esta entrega de argumentos, sin disposición alguna a ceder, refleja profundos desacuerdos en torno al costo de vida, la inflación y los impactos económicos en el país.
Los sindicatos defienden un incremento del 16 por ciento, argumentando que es esencial para dinamizar la economía y garantizar los derechos mínimos de los trabajadores, mientras que los empresarios proponen solo un 7,21 por ciento, alertando sobre posibles efectos inflacionarios de una decisión irresponsable. Esta pugna se desarrolla en un contexto donde la canasta básica familiar en 2024 alcanzó los 2.982.589 pesos, desglosados en 1.288.654 pesos para alimentos, 711.780 para vivienda, 154.606 para educación y salud, y 827.549 para otras necesidades, con una proyección para 2025 de 3.141.188 pesos. El salario mínimo actual queda un 39,70 por ciento por debajo de esta canasta para un hogar con 1,5 salarios mínimos.
Brecha salarial y realidad laboral alarmante
El salario mínimo para 2025 se fijó en 1.423.500 pesos más 200.000 de auxilio de transporte, totalizando 1.623.500 pesos, y una proyección con el 9,54 por ciento de aumento para 2026 lo elevaría a 1.559.347 pesos más el auxilio, llegando a 1.759.347 pesos. Estas cifras afectan directamente a 2,4 millones de personas que perciben el salario mínimo, en un panorama donde la informalidad laboral ha sumado más de 732.000 personas para alcanzar los 13,6 millones, y entre enero y octubre de 2025, 11,3 millones de trabajadores registraron ingresos inferiores al mínimo, un 12 por ciento más que en 2024. El IPC acumulado en el último año fue del 5,3 por ciento, señalando un estancamiento en la reducción de la inflación previa.
“Un incremento del salario mínimo en un 16% estamos seguros seguirá contribuyendo a la dinamización de la economía. La norma constitucional se violenta en la medida que el incremento no permita la satisfacción de los derechos mínimos de los trabajadores y sus familias porque los mantiene sumidos en la pobreza y no se promueve la prosperidad general como lo mandata la Carta de 1991”
Centrales obreras, en su documento de salvedad
“El aumento del IPC-índice de precios al consumidor, en lo corrido del último año presenta una cifra acumulada del 5,3%, lo cual indica un estancamiento en la tendencia de reducción de la inflación que en los años anteriores se había logrado en Colombia”
Empresarios, en su documento de salvedad
“Posibles efectos inflacionarios que podría tener una decisión irresponsable en el porcentaje de aumento del salario mínimo en nuestro país”
Empresarios, en su documento de salvedad
La negociación anual en la mesa tripartita evalúa factores como inflación, desempleo, crecimiento económico y productividad, pero al igual que en 2025, cuando no hubo consenso y el gobierno fijó el 9,54 por ciento, este diálogo ha sido calificado como un «diálogo de sordos» sin solución consensuada hasta ahora. Los sindicatos respaldan su postura citando la Constitución de 1991, la Sentencia C-815 de 1999 de la Corte Constitucional y el Convenio 131 de la OIT, enfatizando la necesidad de superar la pobreza laboral que impacta no solo a los 2,4 millones con salario mínimo, sino a la economía nacional en general, según documentos revelados por Revista Semana y publicaciones en X de @cutcolombia y @AntonioSanguino.
