El flujo migratorio de ciudadanos venezolanos hacia Colombia experimentó un aumento significativo durante el último mes de 2025, con un impacto notable en el departamento del Atlántico, según reportes de la Organización Venezolanos en Barranquilla y Migración Colombia. Este incremento se atribuye principalmente a las tensiones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos, que incluyen sanciones, incautaciones de activos y la suspensión de vuelos internacionales, sumadas a la inestabilidad política, social y económica en el país vecino. Las llegadas se concentran en cruces terrestres por fronteras como Riohacha en La Guajira, Cúcuta y el Catatumbo, desde donde los migrantes buscan acceder a aeropuertos nacionales colombianos.
Juan Carlos Viloria Doria, vicepresidente de la Organización Venezolanos en Barranquilla, ha observado un patrón claro en la atención que brindan: mes a mes, al menos el 10% de las personas atendidas en el Atlántico son recién llegadas, de un total de unas 600 que reciben alimentos mensualmente, entre las cuales destacan entre 40 y 60 nuevos migrantes provenientes de Riohacha y La Guajira. En Cúcuta, más de 200 mil venezolanos ya están radicados, lo que evidencia la presión acumulada en las zonas fronterizas. Informes de Migración Colombia destacan un pico de llegadas tras las elecciones en Venezuela, con movilidad intensificada en comunidades indígenas yukpa y wayúu en La Guajira, además de desplazamientos impulsados por la presencia creciente de grupos armados irregulares en el Catatumbo.
Desafíos humanitarios y de seguridad
Los motivos principales de ingreso incluyen la búsqueda de atención médica, ayuda humanitaria, acompañamiento institucional y estancias breves, aunque los trayectos terrestres extensos representan riesgos significativos y generan una dependencia inmediata de la asistencia. Esto podría derivar en una sobrecarga de los sistemas de salud, educación y asistencia social en el Atlántico y otras regiones receptoras. Viloria Doria enfatiza la profundidad del impacto psicológico que empuja a estas personas a refugiarse instintivamente en Colombia.
“Mes a mes hemos observado que, dentro de la comunidad que atendemos en el Atlántico, al menos el 10% de las personas son recién llegadas. De unas 600 personas que reciben alimentos mensualmente, entre 40 y 60 son nuevos migrantes que han cruzado recientemente desde Riohacha y La Guajira”
Juan Carlos Viloria Doria, vicepresidente de la Organización Venezolanos en Barranquilla
La organización mantiene un monitoreo continuo y advierte sobre amenazas adicionales, como la posible llegada de grupos armados que podrían regresar o desplazarse hacia Colombia, representando un desafío en materia de seguridad. Ante esta situación, se ha solicitado al Gobierno Nacional colombiano un plan de choque para fortalecer la capacidad institucional en las zonas de frontera, mejorar la articulación con autoridades locales y departamentales, y definir estrategias claras para la atención de la población migrante y retornada.
“Existe una afectación psicológica profunda que empuja a las personas a buscar refugio, seguridad y atención, incluso de manera instintiva”
Juan Carlos Viloria Doria, vicepresidente de la Organización Venezolanos en Barranquilla
“Es previsible que muchos de estos grupos armados terminen regresando o desplazándose hacia Colombia, lo que representa un desafío adicional en materia de seguridad”
Juan Carlos Viloria Doria, vicepresidente de la Organización Venezolanos en Barranquilla
“necesidad de fortalecer la capacidad institucional en las zonas de frontera, mejorar la articulación con autoridades locales y departamentales, y definir estrategias claras para la atención de la población migrante y retornada”
Juan Carlos Viloria Doria, vicepresidente de la Organización Venezolanos en Barranquilla
Este nuevo pico migratorio subraya la urgencia de respuestas coordinadas para mitigar los efectos humanitarios y prevenir complicaciones en la estabilidad regional, en un contexto donde la solidaridad colombiana con los venezolanos continúa siendo puesta a prueba.

















