La Asociación Colombiana de Ciudades Capitales, Asocapitales, manifestó su profunda preocupación por el decreto presidencial emitido por Gustavo Petro el lunes 29 de diciembre de 2025, que establece un aumento del 23 por ciento al salario mínimo para 2026, vigente a partir de ese año. Esta medida, anunciada por el presidente en un mensaje pregrabado, impactará directamente en los costos operativos del transporte público en las principales urbes del país, como Bogotá, Cali, Medellín, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga y Pereira, donde los salarios representan entre el 40 y el 55 por ciento de los gastos totales, incluyendo prestaciones y aportes a seguridad social.
El nuevo salario mínimo para 2026 se fijó en 1.746.882 pesos sin subsidio de transporte y alcanza los 2.000.000 pesos con este auxilio, lo que supone un incremento nominal del 23 por ciento respecto a los 1.423.500 pesos de 2025, y un ajuste real del 18,7 por ciento al restar la inflación. Según Asocapitales, este alza generará un incremento adicional promedio de 200 pesos por pasaje en los sistemas de transporte público urbano, sumándose al ajuste ya proyectado del 11 por ciento, lo que agrava la presión financiera en entidades con déficits estructurales.
Reacciones inmediatas al decreto
Andrés Santamaría, director general de Asocapitales, alertó sobre las consecuencias prácticas de esta decisión en un comunicado oficial, destacando que las ciudades capitales enfrentan ahora la necesidad de asumir mayores recursos fiscales para proteger a los usuarios y evitar alzas tarifarias abruptas en sistemas masivos como TransMilenio en Bogotá, el metro y buses alimentadores en Medellín, los servicios en Cali, y otros en Cartagena, donde el impacto es proporcional mayor por su escala menor, además de Pereira con sus propios retos operativos.
“el incremento decretado será del 23 por ciento en promedio, pero que, restando la inflación, el incremento real para los ciudadanos sería del 18,7%”
Gustavo Petro, presidente de la República
“Este aumento del salario mínimo generará un incremento adicional promedio cercano a los 200 pesos por pasaje en los sistemas de transporte público urbano, sobre el ajuste ya proyectado con base en un incremento del 11%”
Asocapitales
“Un incremento del 23% en el salario mínimo tiene un efecto inmediato en los costos del transporte público. En términos prácticos, estamos hablando de alrededor de 200 pesos adicionales por pasaje, que se suman a los incrementos ya previstos y que deben ser asumidos por las ciudades si se quiere proteger a los usuarios y evitar alzas abruptas»
Andrés Santamaría, director general de Asocapitales
Desafíos estructurales y llamados a la acción
El aumento salarial indexa automáticamente los costos de operación del transporte público, exacerbando problemas preexistentes como los incrementos en combustibles, mantenimiento, tasas de interés y la volatilidad en la demanda de pasajeros. En Bogotá, el Fondo de Estabilización Tarifaria enfrenta tensiones adicionales; Cali lidia con déficits crónicos; Medellín con su tranvía y alimentadores; y Cartagena con impactos desproporcionados. Asocapitales urge una visión nacional de cofinanciación y corresponsabilidad para mitigar estos efectos y garantizar la sostenibilidad de los sistemas urbanos.
Esta reacción inmediata de Asocapitales subraya la tensión entre políticas laborales nacionales y la viabilidad local del transporte público, dejando a las ciudades capitales en la encrucijada de equilibrar el bienestar de los trabajadores con la accesibilidad para millones de usuarios cotidianos.

















