La Interpol emitió una circular roja para la búsqueda y captura de Paola Fernández, conocida como “la mujer del disfraz azul”, principal sospechosa en el homicidio del estudiante Jaime Esteban Moreno Jaramillo, de séptimo semestre de Ingeniería de Sistemas en la Universidad de los Andes. La solicitud fue presentada por la Fiscalía General de la Nación de Colombia, y esta alerta se extenderá a los 196 países miembros de la organización internacional, con énfasis en Venezuela, donde se sabe que Fernández huyó tras los hechos.
El caso remonta al asesinato de Moreno Jaramillo, en el que hasta ahora solo Juan Carlos Suárez Ortiz, también estudiante de la Universidad de los Andes, permanece detenido con cargos por homicidio. Otras dos mujeres vinculadas inicialmente, Kleidymar Fernández Sulbarán, de 24 años y originaria de Ciudad Ojeda en el estado Zulia de Venezuela, y Bertha Parra Torres, de 30 años y natural de Popayán, fueron liberadas por falta de pruebas, aunque siguen consideradas posibles testigos o partícipes en la investigación que continúa en desarrollo. Parra Torres, quien reside en Timiza al sur de Bogotá y es beneficiaria del Ingreso Solidario de la Alcaldía de Popayán por un valor de 480.000 pesos, ha bloqueado sus redes sociales ante las versiones discordantes sobre su perfil laboral y académico, que oscilan entre ser empleada con bachillerato y economista o analista.
Declaraciones de la delegada de Seguridad Territorial
“Ya tenemos la circular roja”
Deisy Jaramillo, delegada de Seguridad Territorial
“La Fiscalía envió la solicitud para que fuera incluida en circular roja y la Interpol ya la incluyó”
Deisy Jaramillo, delegada de Seguridad Territorial
Deisy Jaramillo, delegada de Seguridad Territorial, confirmó además que “se sabe que precisamente está en Venezuela”, aunque enfatizó que “estamos en desarrollo de las investigaciones. No tenemos más información”. La pesquisa no descarta más capturas, y existe una petición de preacuerdo por parte de Suárez Ortiz que aún no recibe respuesta.
Paola Fernández, originaria de Venezuela, solía frecuentar un gimnasio en el sur de Bogotá y locales de rumba en Chapinero, pero no mantenía ningún vínculo conocido con la víctima, cuyo crimen carece de motivos personales o académicos, y ninguna mujer formaba parte de su círculo cercano. La emisión de la circular roja abre la puerta a una posible extradición desde Venezuela, intensificando los esfuerzos por esclarecer este homicidio que ha conmocionado a la comunidad universitaria y las autoridades colombianas.

















