Millones de personas alrededor del mundo se preparan para despedir el 2025 y dar la bienvenida al 2026 con una serie de rituales tradicionales simbólicos que buscan atraer abundancia económica, amor, salud, renovación espiritual y nuevas oportunidades, todo ello durante la Nochevieja del 31 de diciembre a partir de las 12:00 a.m. Estas prácticas ancestrales, arraigadas en diversas culturas, permiten a los celebrantes dejar atrás lo negativo del año que termina y proyectar con esperanza sus deseos para el futuro, movilizando a incontables familias en este mágico paso de año.
Entre los rituales más populares destaca comer doce uvas, una por cada campanada de medianoche, representando un deseo específico para cada mes del nuevo año. Otros incluyen arrojar lentejas con la mano derecha para invocar prosperidad económica, colocar un billete bajo el zapato derecho o armar un altar con monedas para asegurar la abundancia. Para el amor, muchos optan por usar ropa interior roja o amarilla, morder un palito de canela a medianoche o llevar dos anillos en el bolsillo derecho, mientras que para la salud se llenan dos vasos de agua y se brinda con la familia. La renovación espiritual se logra escribiendo en un papel lo que se desea dejar atrás y quemándolo, o estrenando ropa nueva, y para abrir puertas a oportunidades como un mejor trabajo se coloca una hoja de laurel en el zapato derecho, una moneda, llave o canela en la valija para viajes exitosos, o se sube a una silla o escalera y se baja con el pie derecho.
Rituales simbólicos sin base científica
Estos rituales, desprovistos de cualquier fundamento científico, funcionan como una poderosa herramienta simbólica que depende enteramente de la creencia personal y la energía que cada individuo invierte en ellos. A lo largo de generaciones, han perdurado como una forma de esperanza colectiva, uniendo a millones en la víspera del 2026 con la promesa de un año próspero y lleno de bendiciones.
En La Veintitrés Manizales, estas tradiciones se viven con especial fervor, recordándonos que el verdadero cambio radica en la intención y la positividad con la que se inicia el nuevo ciclo.
