En las primeras horas del 30 de diciembre, integrantes de las disidencias de las Farc, lideradas por alias Richard Suárez, comandante del Frente 33, incursionaron en el caserío de Filo el Gringo, corregimiento de El Tarra, en la región del Catatumbo, Norte de Santander. Esta acción desató intensos enfrentamientos armados con el ELN, que controla tradicionalmente el área, en una disputa por el dominio territorial y corredores estratégicos vinculados a economías ilegales. Los combates, que incluyeron el uso de drones para atacar viviendas, se extendieron y generaron una grave crisis humanitaria en la zona.
Videos circulando en redes sociales en las últimas horas muestran a personas armadas con fusiles y prendas identificatorias de las disidencias, reportándose directamente a su comandante. En uno de ellos, un individuo armado anuncia su presencia en el caserío con entusiasmo, mientras que en otro, grabado en Puerto Palmas, Tibú, un integrante enfatiza su independencia de la Fuerza Pública y rechaza acusaciones de alianzas. Comunidades locales reportan detonaciones constantes, sobrevuelos de drones y una presencia armada que ha impedido la movilidad normal.
Crisis humanitaria y desplazamientos masivos
La escalada de violencia ha dejado al menos 150 personas desplazadas hacia la cabecera municipal de El Tarra y alrededor de 500 confinadas en sus hogares, con dificultades para acceder a bienes básicos. Olguín Mayorga, líder social y representante legal de la Asociación Nacional de Integración de Víctimas del Conflicto Armado de Colombia, detalló la magnitud de la situación, señalando que los combates continúan y han causado la muerte de varios miembros de los grupos armados involucrados.
«En tempranas horas (30 de diciembre) iban aproximadamente 150 personas desplazadas a la cabecera municipal de El Tarra y 500 personas aproximadamente confinadas. Hasta el momento se continúan presentando fuertes combates en esa jurisdicción que ha dejado varias personas de los grupos alzados en armas asesinadas».
Olguín Mayorga, líder social
Mayorga hizo un urgente llamado al Gobierno nacional para gestionar corredores humanitarios que permitan la salida segura de la población civil. Por su parte, el gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, junto con los alcaldes de la región del Catatumbo, emitió un pronunciamiento conjunto coordinando con la Fuerza Pública acciones para atender la emergencia humanitaria.
«Aquí estamos en Filo El Gringo, mi viejito, el tierrita vea, ya estamos dentro del caserío, todos contentos, todos con moral, todos bien bacano mi viejo».
Individuo armado reportándose a alias Richard Suárez, comandante Frente 33 disidencias Farc
«No estamos en Tibú escondiéndonos como nos dicen los paraelenos, no señor. Esto es una prueba firme, contundente, de que no somos aliados de ninguna Fuerza Pública».
Integrante de disidencias Farc, en Puerto Palmas
Este episodio forma parte de una disputa territorial histórica en el Catatumbo, donde grupos armados compiten por el control de rutas clave y actividades ilícitas, agravando los desplazamientos forzados y confinamientos que han marcado la región. Las autoridades locales insisten en la necesidad de una respuesta inmediata para proteger a las comunidades atrapadas en medio del fuego cruzado.

















