El presidente Gustavo Petro y su ministro del Interior, Armando Benedetti, enfrentan serias acusaciones de consumo excesivo de drogas y alcohol, impulsadas por el excanciller Álvaro Leyva en una carta pública del 19 de abril de 2025 y por chats de WhatsApp revelados en agosto de 2025 por la periodista Vicky Dávila. Estos señalamientos incluyen eventos públicos como el de Guapi, en Cauca, en enero de 2024, y la planta La Loma, en Cesar, en febrero del mismo año, donde Petro habría mostrado dificultades para hablar, atribuidas a ebriedad, además de su desaparición por 48 horas en París, vinculada por Leyva a problemas de drogadicción.
Álvaro Leyva, en su misiva, detalló observaciones personales sobre el estado del mandatario, mientras que los chats de 2021 y 2022 expuestos por Dávila involucran a figuras cercanas como el hijo del presidente, Nicolás Petro, su exesposa Day Vásquez y el propio Benedetti, con menciones a fiestas, licor y expresiones como «qué cagada toda esta vaina» de Nicolás Petro. Benedetti, en una entrevista con la revista Cambio, admitió su adicción pasada a alcohol y cocaína, relatando que a sus 57 años lleva 30 sin drogas, aunque recayó tras una rehabilitación en 1995 donde estuvo 14 años limpio; explicó que su consumo respondía a inestabilidades emocionales por la separación de sus padres, y describió irritabilidad, infidelidades e incidentes como uno con mariachis armados, aunque Adelina Guerrero desmintió cualquier maltrato por su parte.
La dura denuncia de Álvaro Leyva
Leyva acusó directamente a Petro de no haberse recuperado de su supuesta drogadicción, señalando su comportamiento en París y la interferencia en la agenda de campaña por estos vicios. El excanciller también vinculó estos problemas a la inclusión de Petro, Benedetti, Nicolás Petro Burgos y Verónica Alcocer en la Lista Clinton, por presuntos vínculos con el narcotráfico.
«Fue en París donde pude confirmar que usted tenía el problema de la drogadicción. ¿Pero qué podía yo hacer? Seguro fui inferior. Lo he debido aproximar, ayudar, asistir oportunamente. Guardo en mi interior la pena de no haber intentado extenderle la mano. Lo cierto es que nunca se repuso usted. Es así. Su recuperación lastimosamente no ha tenido lugar (…). Es que usted está mal. Muy mal. Ya no se mide. Perdió los estribos. Y lo sabe»
Álvaro Leyva, excanciller
Defensas y admisiones del entorno presidencial
Petro negó las acusaciones, atribuyendo videos de eventos y su ausencia en París a tiempo familiar, donde disfrutó de privacidad con sus nietas, según su hija Andrea Petro, quien asumió la culpa por desconectarlo en busca de paz. El presidente bromeó sobre su imposibilidad actual de emborracharse, recordando su gusto por el aguardiente rojo de Tolima.
«Todos esos trinos que andan por ahí, y que ando borracho… pues no puedo emborracharme, desgraciadamente, porque a mí me gustaba el aguardiente rojo, tapa roja era lo que decían allá en Tolima. Ahora me ponen esos tragos y ya de una vez me va ardiendo hasta el alma. Así que no es porque no quiera, es que no puedo»
Gustavo Petro, presidente
«En Francia, mi papá encontró algo raro en Colombia: tiempo en familia, privacidad, calma. Su pasatiempo favorito fue estar con mis hijas, ser abuelo sin distracciones. ¿Culpable de desconectarlo un poco? Lo asumo. Solo buscábamos una paz que allá no permiten»
Andrea Petro, hija del presidente
«Ese proceso te lleva a mirar hacia atrás para saber qué te hace consumir. En mi caso, son inestabilidades emocionales debido a la separación de mis padres»
Armando Benedetti, ministro del Interior
Estas revelaciones han avivado demandas de exámenes toxicológicos al presidente y se enmarcan en un gobierno marcado por escándalos de corrupción e irregularidades, con Nicolás Petro denunciando manipulación de chats por parte de Vicky Dávila, intensificando el debate público sobre la conducta del alto mando en medio de presiones por la Lista Clinton.

















