En el corregimiento de Filo el Gringo, zona rural de El Tarra en el Norte de Santander, específicamente en la subregión del Catatumbo, se registraron ataques con drones cargados de explosivos contra viviendas presuntamente utilizadas como refugio por miembros del ELN, en medio de intensos enfrentamientos entre las disidencias de las Farc y esa guerrilla. Estos hechos, cuyas imágenes comenzaron a circular la mañana del 31 de diciembre, dejaron al menos cinco personas heridas, incluidos dos menores de edad, y generaron desplazamientos masivos y confinamientos en la zona.
La ofensiva de las disidencias de las Farc busca disputar el control territorial al ELN, exacerbando una crisis humanitaria que ya es recurrente en la región. Videos difundidos muestran graves daños materiales en las viviendas afectadas, mientras que la Personería de Ocaña y la Federación Nacional de Personerías de Colombia (Fenalper) reportan cifras alarmantes: más de 21 núcleos familiares han llegado desplazados a Ocaña, con un total de al menos 150 personas afectadas, entre ellas 41 niños, niñas y adolescentes, y más de 500 individuos confinados sin poder abandonar el territorio de manera segura.
Emergencia humanitaria en el Catatumbo
La Personería de Ocaña ya comenzó a recibir a las primeras familias desplazadas del corregimiento de Filogringo, en medio de las confrontaciones entre las disidencias de las Farc y el ELN que azotan la subregión del Catatumbo. Estas familias llegan con niños, personas con discapacidad y quienes han sufrido directamente las consecuencias del conflicto armado, según detalló un portavoz de la entidad. “Más de 21 núcleos familiares estamos recibiendo, siguen llegando, vamos a tomar ya el primer masivo de esta situación que se viene presentando”, precisó el representante.
“La personería de Ocaña ya comenzó a recibir las primeras familias desplazadas del corregimiento de Filogringo, en medio de esas confrontaciones que vive la subregión Catatumbo con el tema de las Farc y el ELN”
Spokesperson de la Personería de Ocaña
Por su parte, Fenalper alertó sobre la magnitud de la tragedia: “al menos 150 personas han sido desplazadas, entre ellas 41 niños, niñas y adolescentes, y más de 500 personas permanecen confinadas sin posibilidad de abandonar el territorio en condiciones seguras”. La federación enfatizó que “la población civil no es parte del conflicto armado y el desplazamiento forzado, el confinamiento y la exposición a hostilidades constituyen graves violaciones a los derechos humanos y al Derecho Internacional Humanitario”.
Fenalper exigió respuestas del Estado
Estos enfrentamientos elevan la tensión en la región, similar a los choques registrados hace un año que también provocaron desplazamientos masivos, en un contexto de crisis persistente por el control territorial de grupos armados ilegales. Fenalper exigió “la adopción inmediata de medidas efectivas de protección, la activación plena de la ruta humanitaria y de atención a víctimas, la presencia institucional suficiente y coordinada en el territorio y la garantía real de los derechos fundamentales de las comunidades afectadas, en especial de niños, niñas y adolescentes”. Además, se han elevado llamados al Gobierno nacional para brindar ayudas humanitarias urgentes y a los actores armados para que cesen las hostilidades y respeten el Derecho Internacional Humanitario, ante el riesgo de nuevos desplazamientos forzados y la necesidad de un corredor humanitario.
“Vienen desplazadas con niños, con personas con discapacidad, con personas que están sufriendo las situaciones del conflicto armado”
Spokesperson de la Personería de Ocaña
Una grave emergencia humanitaria sacude al Catatumbo tras estos recientes enfrentamientos armados en el corregimiento Filo el Gringo, recordando la vulnerabilidad crónica de sus comunidades ante la violencia que no da tregua.
