Foto @oncecaldas
Esteban Jaramillo Osorio
Los “sabios del futbol” imponen condiciones con noticias sin veracidad, en el mercado de transferencias, en sus tertulias, al calor de un café, en redes o micrófonos, cargados de especulaciones.
Son opinadores que descabezan o bendicen a entrenadores, a los futbolistas elegidos en la ventana de fichajes, sin el conocimiento profundo de sus condiciones, sin percatarse de su presente o valorar la aportación de su futbol en el rendimiento individual o colectivo.
Los destrozan luego cuando no llegan los resultados.
Dan como realidades los chismorreos callejeros, con versiones que, expandidas, deforman la realidad de las gestiones que adelantan los directivos. En ello participan muchos periodistas.
Abundan en ellos las conjeturas racionales o irracionales, comunes en el mundo de las especulaciones, en las que el rumor no siempre se convierte en noticia.
No falta el viudo de poder que predica soluciones para sacar a los equipos de la ruina futbolística, sin dinero disponible para la inversión o contactos con empresarios que garanticen la compraventa de las acciones, la que se ve, en muchos casos, como la única solución en el ambiente.
Mercado de contrataciones, a propósito, acelerado hace un mes en el Once Caldas, paralizado de repente, para entrar en el campo de las dudas y las prisas dada la cercanía del torneo. Por eso la apatía ante los abonos.
En el que los directivos actuales intentan disimular los fracasos con anuncios sin la trascendencia que el hincha espera. Retoques se han dado en la nómina, elevando en su momento la temperatura, pero el silencio posterior trae consigo la impaciencia.
No se ve a Hernán Herrera como el director técnico pleno de poderes, sino como figura decorativa en la conformación del equipo, sumiso a las imposiciones de la presidencia, donde está la última palabra.
El fichaje o los fichajes esperados, para chuparse los dedos con optimismo, los que mueven la taquilla, no aparecen.
Todos los firmados han llegado a costo cero mientras los demás clubes agitan el ambiente con transferencias de futbolistas que tienen oficio, influencia y experiencia en su rendimiento.
El Once, como caso extraño, no invierte en futbolistas con calidad indiscutida, pero derrocha en indemnizaciones en sus despedidas. En ese aspecto, dadas las equivocaciones, parece un club único en el mundo.
Le economía de guerra prevalece. El dinero invertido no es garantía para la reinvención del club, es el conocimiento de quien deciden o quienes asesoran, siempre en entredicho.
Siguen los aficionados esperando el regalo de navidad. O, el de Reyes. El que aplaque la ansiedad y permita ajustar la plantilla para mirar el futuro sin apremios. Futbolista o futbolistas, con buen gusto al tocar el balón o con buena relación con la portería.
Ya es hora de que el Once Caldas demuestre que sus enemigos no están adentro y de retribuir la fidelidad de los aficionados.
P. D: Gustavo Torres, delantero, acordado no cerrado. Cancelado Micolta continúan gestiones por Stefano Arango y Lencina. Grave lesión de Dannovi Quiñones en Argentina.
Esteban J.
