Irán atacó a Israel la noche del 13 al 14 de abril con drones y misiles. Éste fue repelido por las fuerzas israelíes, pero una escalada sin precedentes amenaza a la región y al mundo, dependiendo del giro que tomen los acontecimientos
El ataque que se produjo por parte de Israel el pasado 1 de abril contra el consulado iraní en Damasco (Siria), en el que murieron varios comandantes de la Guardia Revolucionaria Iraní, entre ellos Mohamed Reza Zahedi, general responsable de coordinar operaciones con la milicia libanesa chií de Hezbolá, fue el que provocó la represalia iraní de las últimas horas, que ya se venía anunciando.
De acuerdo con los expertos, esta situación rompe el equilibrio que había entre ambos países, que hasta ahora habían evitado atacarse de manera directa, como en caso de Israel a objetivos en países como Siria, Líbano o Irák. Y Aunque Irán ha sido en medio de la situación, más moderado, pues avisó previamente del ataque y envió una carta a las Naciones Unidas recalcando que no quiere una escalada mayor, hay quienes consideran que en cualquier momento Israel podría declararle la guerra.
Antecedentes históricos
Las relaciones entre Irán e Israel han sido tensas durante décadas, en gran parte debido a cuestiones políticas, religiosas e ideológicas. La Revolución Islámica de 1979 en Irán y la posterior ruptura de relaciones diplomáticas con Israel contribuyeron significativamente a esta tensión.
Irán ha mantenido una posición hostil hacia Israel, negando su derecho a existir como Estado y apoyando a grupos militantes anti-Israelíes en la región, como Hezbollah en el Líbano y Hamas en Gaza. Además, Irán ha buscado desarrollar capacidades nucleares, lo que ha generado preocupaciones en Israel y en la comunidad internacional sobre la posibilidad de una amenaza nuclear.
En 2015, Irán llegó a un acuerdo con seis potencias mundiales (EE.UU., Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) conocido como el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), que limitaba su programa nuclear a cambio del levantamiento de sanciones económicas. Sin embargo, en 2018, Estados Unidos se retiró unilateralmente del acuerdo y reimplementó sanciones contra Irán, lo que ha generado tensiones adicionales en la región.
Dada la naturaleza volátil de la situación y las acciones militares de ambos países en la región, existe un riesgo significativo de escalada militar que podría desencadenar un conflicto complejo y de gran magnitud.
Con la llegada de una nueva administración en Estados Unidos en 2021, se han hecho esfuerzos para revivir el acuerdo nuclear con Irán. Sin embargo, las negociaciones han sido complicadas y aún no se ha llegado a un acuerdo definitivo.
En ese panorama y dinámica actuales, Israel considera a Irán como una de las principales amenazas a su seguridad debido a su apoyo a grupos terroristas y a su búsqueda de capacidades nucleares. Israel ha adoptado una política de “no tolerancia” hacia cualquier amenaza percibida de Irán y ha llevado a cabo acciones militares para contrarrestar estas amenazas, incluidos ataques aéreos en territorio sirio contra objetivos vinculados a Irán
La guerra en Siria, la influencia de Irán en el conflicto y la presencia militar de Israel en la región han exacerbado las tensiones entre los dos países. Además, la creciente presencia de Irán en países como Irak y Yemen ha sido motivo de preocupación para Israel, que ve esto como una expansión de la influencia iraní en la región.
La rivalidad entre Irán e Israel ha contribuido a la inestabilidad en el Medio Oriente, alimentando conflictos en países como Siria, Líbano y Palestina. La búsqueda de capacidades nucleares por parte de Irán y la fuerte oposición de Israel a esta ambición, plantean un riesgo de proliferación nuclear y una posible carrera armamentística en la región. Dadas las profundas diferencias ideológicas y estratégicas entre Irán e Israel, es probable que las tensiones en la región continúen en el futuro previsible, especialmente mientras persistan los conflictos en Siria, Yemen y otros lugares.
¿Qué viene ahora?
Lo que ocurra de ahora en adelante depende en gran medida de la respuesta que Israel produzca a los ataques del sábado. Esa respuesta es la que definirá, de acuerdo con los entendidos, si el conflicto escala o baja la intensidad. Frente a la dinámica actual los posibles escenarios inmediatos son:
- Israel puede apostarle a desescalar el conflicto y responder atacando, como lo ha venido haciendo, a grupos armados proiraníes en Siria, Irán o Líbano, lo que seguramente llevará a que la situación se calme. Ambos países tienen problemas para avanzar en el escalamiento pues Irán no tiene la capacidad ni el interés de ello, e Israel tampoco aspira a tener varios frentes de guerra a la vez.
- Otro escenario probable es que Israel intensifique sus acciones contra Hamás en Gaza y ataque Hezbolá en el Líbano. En cualquier caso, consideran los expertos, la escalada se limita y no involucra directamente a Irán.
- Hay quienes estiman que las imágenes de misiles iraníes sobrevolando Jerusalem son de gran impacto como para evitar que el gobierno de Netamyahu reaccione directamente. Esta respuesta israelí generaría dos escenarios posibles de acuerdo con el criterio del portal geopolítico El Orden Mundial: “si la respuesta es contundente, puede generar una escalada; por el contrario, si la respuesta se limita a una demostración de fuerza para cumplir ante la opinión pública israelí, la desescalada sigue siendo posible”.
La misma fuente concluye: “Entrar en una espiral de escalada involucraría a otros países y actores de la región. En este escenario, es probable que Irán movilizara su red de milicias y grupos armados, como Hezbolá en el Líbano o los hutíes en Yemen. De ser así, es probable que Estados Unidos se involucre y apoye a Israel. También lo harían otros países como Reino Unido o, quizás, Arabia Saudí de manera soterrada.“
Fuente: Portal Geopolítico El Orden Mundial