Entre racionamiento, marchas, cumpleaños, día cívico y sus inconformidades

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Por Hernán López Aya

¡Un día bien raro!

Una jornada repleta de un montón de casualidades que, bajo la mirada de incrédulos y crédulos, marcaron esa fecha del Calendario Gregoriano como especial y, para muchos, cabalística.

Es que, por donde se le mire, el 19 de abril de 2024 dejó una sensación de triunfo y pérdida, de alegría y tristeza, de soledad y compañía, de verdad y mentira, de expectativa y realidad que lo caracterizaron y lo dejaron en el imaginario flotando, generando conclusiones a conveniencia.

Fue un día movido.

La lluvia dio la primera sorpresa. Sobre Bogotá se desgajó un tremendo aguacero, el día anterior, y los niveles de los embalses cercanos subieron “un tris”. Acto seguido (horas después), el alcalde de la ciudad reportó la fortuna, el triunfo de su campaña e invitó a seguir ahorrando. Pero los contradictores aseguraron que el consumo del agua mejoró debido al día cívico decretado por el presidente de la República para tal fin.

El día cívico, decretado para ahorrar agua. Para muchos, la jornada tuvo su mensaje “en letra pequeña”, porque el 19 de abril es fecha conmemorativa para el nacimiento del movimiento M – 19 y, además, el presidente Petro cumple años. Entonces, en el aire quedó que el objetivo de la declaratoria fue la celebración de los dos onomásticos, que el racionamiento sirvió de pretexto para estos fines y para colocar una tarima en la Plaza de Bolívar, adornado con una bandera del M – 19, un mensaje alusivo a la desaparecida agrupación, una escasa asistencia a los homenajes y un montón de luces prendidas.

A esta situación, la del agua y el aguacero, le atribuyo el resurgimiento temporal y la propuesta de mensaje de desagravio y reconocimiento al meteorólogo Max Enríquez, un costeño bonachón que entre 1984 y 1991 se convirtió en la celebridad climática más importante del país, autoridad en el pronóstico de vicisitudes relacionadas con el clima y prueba viviente de una fatal puntería. 

El hombre “no le pegaba a una”. Bien recuerdo que fueron más sus descaches que sus aciertos; y cuando atinaba, el pronóstico se volvía digno motivo de “día cívico”. Enríquez ha seguido con sus vaticinios y dijo, en uno de los mensajes de Twitter (me gusta más llamarlo así que X) que seguiría lloviendo.

En este punto llegó la preocupación por la asistencia a la marcha del 21 de abril, por la no presencia de quienes amainados por la lluvia prefieren mostrar los dientes desde el sofá de la casa. Es más fácil y más “calentito”. No obstante, muchos otros sugirieron aperarse de  sombrillas, gruesos plásticos y reforzar la voluntad de expresar inconformismo.

A la hora de la escritura de este texto, la marcha no había comenzado. Entonces, no me aventuro a decir si los pronósticos de Max lograron certeza o, simplemente, se convirtieron en cortes de impulso que afectaron o beneficiaron la asistencia.

A esta ensalada de frutas de hechos, llegaron otros que calentaron el lluvioso día. Y aquí les presento varios:

  • Fue el viernes cuando, en una denuncia de un medio de comunicación, salió a la luz el presunto ingreso irregular de dinero a la campaña del presidente Petro, aportado por una firma de criptomonedas.
  • La CIDH le dijo al gobierno que debe redoblar sus esfuerzos en todo el país, relacionados con los temas de derechos humanos. Los comisionados estuvieron sentados con el canciller y el ministro del Interior porque el presidente no fue a la reunión…
  • El representante a la Cámara, José Jaime Uscátegui, se fue a Venezuela y allá lo retuvieron. Regresó al país el sábado 20 de abril.
  • El Gobierno Nacional anunció que seguirá con los pagos establecidos al Fondo Monetario Internacional.
  • El Icetex giró más de un billón de pesos a instituciones de educación superior, por el tema de matrículas.
  • Hay emergencia sanitaria en Bogotá por aumento de casos de diarrea.
  • Enero y febrero han sido meses positivos para el turismo, según Anato.
  • El Atlético Nacional tiene nuevo presidente y Zidane sería el nuevo técnico del Bayern Munich.
  • Muchas alcaldías y gobernaciones trabajaron normalmente.
  • Los grados de la universidad Colegio Mayor de Cundinamarca fueron suspendidos por la jornada decretada.

Y a este listando le hace falta un “reguero” de situaciones.

Es acá cuando, nuevamente, echo mano de las frases tradicionales de mi papá y recupero una de ellas: “Es más fácil cuadrar a 12 marranos para una foto”. Y el dilema, en mi concepto, se traduce a “ponernos de acuerdo”. Creo que el deporte nacional ya no es el ciclismo. Es la polarización; y su autopista predilecta es la que conduce a las redes sociales, en donde habita y dormita la segunda frase de mi papá: “Palo porque bogas, palo porque no bogas”.    

Si bien es cierto que de buenas intenciones viven muchos, también es cierto que hay que otorgar y otorgarse el beneficio de la duda. Puede sonar tibio, pero eso no significa que no exista criterio o valentía a la hora de tomar decisiones. Para mí, existe la posibilidad de ponerse en los zapatos del otro y dejar de lado esa polarización que nos tiene a punto de “agarrarnos de los pelos”. Eso sí: es decisión de cada cual.

Todos anhelamos que Colombia sea mejor pero, para esto, debemos poner de nuestra parte. Y no es solo la ciudadanía; también lo deben hacer quienes en altos cargos se regodean de tomar las mejores decisiones para todos. Es urgente que el país cambie y su administración mejore porque, hasta el momento, las luces son pocas y se necesitan demasiados reflectores.

¿Las ideas sirvieron o no sirvieron?

19 de abril de 2024: guárdenlo bien, en donde quieran.

@HernanLopezAya

*Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano con 26 años de experiencia en televisión y Oficinas de Comunicación. Fue jefe de emisión del fin de semana en RTVC NOTICIAS. Ganador del premio de periodismo Álvaro Gómez del Concejo de Bogotá en 2016. Bloguero de KIENYKE durante varios años. 

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