¡Adiós, profe Rizola! (segunda parte)

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Por Hernán López Aya

Sí. Hay otras cosas para decir.

Antes, debo escribir que nosotros, los más optimistas, siempre creímos que el futuro del voleibol femenino colombiano iba por la vía correcta. Que no nos despertarían de esos sueños; que podríamos seguir viendo triunfos y deportistas destacados en ligas de otros países.

Pero como somos dignos hijos del país del Sagrado Corazón, pues vuelven a aparecer las frases de mi papá y llegamos a la conclusión de que “de eso tan bueno no dan tanto”.

La tusa ya pasó, porque tocó. Pero sí quedan muchas dudas. Y lo peor de todo es que se veía venir.

Quien me ha estado entregando la información de la salida del profesor Antonio Rizola, de la Selección Colombia Femenina de Voleibol, decidió contarme más datos. Situaciones que dejan en claro que si la Federación de Voleibol no consigue patrocinios y no desarrolla proyectos sólidos con bases importantes, es decir, con escuelas de formación, vamos a perder lo que se ha hecho durante años y vamos a seguir a la deriva por la desidia de algunos. Parece una obviedad pero es la realidad.

¿Qué hay de nuevo?

Aclarar, primero, que el proceso de Rizola comenzó en 2017 y durante 5 años fue exitosísimo. Triunfos, clasificaciones, patrocinios y jugadoras colombianas en equipos de otros países fueron la constante.

En 2022, empezó a oscurecer. El presupuesto comenzó a disminuir y los primeros afectados fueron los atletas jóvenes. No hubo promoción para ellos, no hubo participación en torneos sudamericanos de categorías de formación. 

En 2023, no fue posible viajar a diferentes ciudades del país y evaluar las condiciones de las deportistas que deberían integrar el seleccionado para participar en el Sudamericano Sub 17. La solución fue hacer una convocatoria vía telefónica. Y el resultado: un entrenamiento de 21 días con un grupo incompleto y varias derrotas con rivales de menor categoría. Siete países jugaron el torneo. Colombia quedó en el séptimo puesto

Otro de los objetivos de Rizola era participar en los Juegos Bolivarianos de la Juventud 2024, en Sucre, Bolivia. Pero Colombia no asistió; no había conjunto, no había calidad para competir. 

Y siguen las consecuencias. En 2023, la Federación le dejó claro al profesor que no se sabía cuál sería el presupuesto para 2025 y, por ende, su futuro en la dirección técnica.

Es en este momento en el que las llamadas de otras partes del mundo, interesadas en contar con sus servicios, comienzan a sonar. Pero él no quería dejar a sus consentidas; quería seguir con “el proceso”. La definitiva fue tomada en febrero de 2024. En una reunión, con el presidente de la Federación, se decidió que Rizola no continuaría.

Lo cierto es que tenía que seguir trabajando. Vive de su labor como entrenador y su experiencia lo respalda: 

  • Es graduado en Educación Física y especialista en atletismo, fisiología del esfuerzo y volibol.
  • Tiene tres maestrías en Entrenamiento y Gestión Deportiva.
  • Gerenció, por 28 años, las selecciones juveniles de Brasil.
  • Y fue el mánager de las Selecciones femenina y masculina de ese país que, en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, ganaron oro y plata, respectivamente.

Teníamos al Pep Guardiola del voleibol mundial: regular como jugador, extraordinario como entrenador (Rizola también jugó, pero dice que no fue virtuoso). Y lo dejamos ir. Aceptó una propuesta de Perú y se fue a trabajar con “La Rojiblanca”. No sin antes dejar en claro que “el proceso” que el dirigió está “muy comprometido”, es decir y en resumidas cuentas, en la cuerda floja.

En 2021, el abuelo bonachón hizo una especie de sentencia. En el programa Mesa Capital, del Canal Capital, habló sobre la seriedad del trabajo con las bases, con los deportistas más pequeños e hizo hincapié en que los Clubes y las Federaciones deben buscar patrocinios y presentar proyectos para su sostenimiento.

Sentencia que, en estos momentos, parece volverse una masa tangible, inmanejable y preocupante.

Nos queda esperar que el legado de Rizola no sea tirado a la caneca. Y que, de una vez por todas, la Federación y las Ligas de voleibol tomen en serio su misionalidad, acaben con las roscas, con el regionalismo mal orientado y se dediquen a trabajar de forma exhaustiva por un deporte que, día a día, enamora a más personas. 

Nuevamente, ¡gracias, profe Rizola!

@HernanLopezAya

*Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano con 26 años de experiencia en televisión y Oficinas de Comunicación. Fue jefe de emisión del fin de semana en RTVC NOTICIAS. Ganador del premio de periodismo Álvaro Gómez del Concejo de Bogotá en 2016. Bloguero de KIENYKE durante varios años. 

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