La conversación ‘Venues no venues: otros escenarios posibles’, organizada por el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes a través de su Dirección de Estrategia, Desarrollo y Emprendimiento (DEDE), en el marco del BIME 2024, encuentro internacional del sector musical, reunió a expertos y expertas para dialogar sobre los retos de la circulación musical.
En un mundo en el que la música sirve de puente entre culturas y se considera una manifestación profunda de los seres humanos, surge la necesidad de explorar los diversos escenarios en los que esta se presenta y los retos que enfrentan las expresiones culturales.
Desde espacios convencionales creados para espectáculos musicales, hasta lugares no convencionales que captan la esencia de la música en calles, parques y otros sitios inusuales, cada entorno ofrece una experiencia única para artistas y espectadores.
Daniel Brodrerick, artista y productor, que navega entre lo convencional y lo no convencional, compartió su perspectiva, resaltando que espacios no convencionales, como los eventos de música electrónica en Bogotá, por ejemplo, Bogotrax, ofrecen libertad creativa y una conexión directa con la ciudad y sus habitantes.
“Estos escenarios crean un espacio autónomo temporal donde la responsabilidad del bienestar y el disfrute es compartida por todos los participantes”,comentó sobre los espacios musicales.
Ana María Boada, subsecretaria de Gobernanza de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte de Bogotá, con experiencia en el sector público y en el ámbito musical, enfatizó en la importancia de desarrollar políticas públicas de largo alcance, considerando que cuatro años pueden ser insuficientes para implementar estrategias y mensajes efectivos.
“Es imperativo establecer políticas públicas duraderas para transformar la ciudad. La continuidad en la gestión de proyectos culturales es clave para garantizar su éxito y su impacto social”, subrayó.
Boada también destacó el papel crucial de las iniciativas privadas y los artistas en la configuración del paisaje cultural urbano, así como la importancia de difundir diversos géneros musicales.
“El país ha logrado mantener una continuidad”, señaló, enfatizando la relevancia de esta constancia en el desarrollo cultural, gracias en gran parte al compromiso y esfuerzo del sector privado y los artistas, quienes han mantenido viva la escena cultural.
Desde la perspectiva gubernamental, Boada recalcó el compromiso del Estado por garantizar derechos y promover iniciativas culturales desde los barrios. Además, destacó la necesidad de promover la sinergia entre diferentes sectores, así como la creación de espacios de diálogo y colaboración, como la Mesa Intersectorial en Bogotá. “Actuamos como un ente articulador y comunicador”, afirmó, detallando el papel del Estado en la promoción de la diversidad cultural.
El mexicano Mario Bustamante, experto en estrategias de ventas y negociaciones de espectáculos, fundador de la agencia de booking y management Fractal, socio y colaborador activo del espacio no convencional Bajo Circuito de Ciudad de México, reflexionó sobre la circulación de proyectos artísticos y la importancia de reconocer la etapa en la que se encuentra un proyecto y su proyección a futuro.
“La estrategia varía según lo que deseo presentar y el lugar”, explicó Bustamante, con énfasis en la necesidad de adaptar la estrategia de circulación a las demandas del mercado y a las características del proyecto.
Desde Cali, Sammy Saoco, fundador de ‘La Calle del Sabor’, narró cómo ha logrado crear una identidad cultural única en la ciudad. Mencionó cómo esta calle, con apoyo de artistas locales e internacionales, se ha convertido en un punto de referencia para la salsa, como género musical.
“En Santiago de Cali valoramos lo local”, afirmó, resaltando la importancia de preservar la herencia salsera y de fomentar un ambiente seguro y acogedor para los visitantes locales y turistas de diferentes latitudes.
Saoco también enfatizó en la necesidad de equilibrar la libertad creativa con la protección de los espacios culturales para que la música pueda trascender fronteras. “Es fundamental contar con espacios y líderes que protejan tanto a las personas como al arte”, dijo. Además, resaltó la importancia de diseñar planes a mediano y largo plazo para asegurar la sostenibilidad de estos lugares.
Carolina Gómez, directora del Centro Cultural de la Universidad Javeriana de Bogotá y agente del sector cultural con más de 15 años de experiencia, señaló que “la creatividad es crucial en la creación de nuevos espacios culturales. Debemos soñar y construir lugares donde la música y el arte florezcan, tanto en entornos convencionales como no convencionales”.
Gómez también destacó la contribución de la Universidad Javeriana a la promoción de una educación integral a través de su Centro Cultural. “Somos más que una institución educativa; somos un compromiso con la formación integral del ser”, enfatizó.
El Centro Cultural de esta universidad se dedica a ofrecer una gama de experiencias culturales que estimulan el pensamiento crítico y la reflexión en un espacio seguro para estudiantes y la comunidad.
Estas conversaciones demuestran que la música no es solo una forma de expresión artística, sino también un catalizador de cambio y un vínculo que une a las comunidades. Desde Bogotá, Cali y hasta México, las iniciativas gubernamentales, privadas y artísticas colaboran para crear un panorama cultural diverso, seguro y vibrante en Colombia.