foto @IngeniarRisk
El científico, experto, académico y profesor Omar Darío Cardona, habló con La Veintitrés de su vida dedicada al tema de la atención del riesgo y de la forma cómo ha evolucionado esa política pública en el país y en su natal Manizales.
- Convivir con el riesgo, es un tema no solamente de los científicos o de las administraciones públicas, sino también de los ciudadanos.
- … hay que medir los desastres evitados, saber que al estar haciendo planificación de la gestión del riesgo, estamos evitando los futuros desastres”.
- Este evento que realizamos en Manizales, justamente es para decirle al país y a los ciudadanos que gestión del riesgo no es corrupción, es ciencia, conocimiento, es desarrollo económico y social y es sobre todo anticiparse a los futuros desastres con unos procesos que puedan reducir la vulnerabilidad y de esa manera poder convivir con nuestra naturaleza.
- Manizales es justamente el ejemplo para mostrarle el mundo de que la gestión del riesgo si es posible… en alguna parte del mundo está ocurriendo y está ocurriendo bien”
Por Germán Mejía Gallo y Samuel Salazar Nieto
Cuando todo lo tenía servido para avanzar en una exitosa carrera como músico, pues el joven recién graduado de la Universidad Nacional ya se destacaba como cantante y compositor, un terremoto cambió el rumbo de su vida. Ese día, 23 de noviembre de 1979, tras lo ocurrido en su natal Manizales, entendió que aprovecharía sus conocimientos como el nuevo profesional de la ingeniería que era, para dedicarse a la sismicidad, el cambio climático y la gestión del riesgo.
Un cuarto de siglo después, aquel jóven que soñó con ser artista y que interpretaba las canciones de Joan Manuel Serrat y que de niño asociaba los sonidos de las ambulancias a los frecuentes deslizamientos que ocurrían en la ciudad, ya era toda una autoridad en la materia, no sólo a nivel nacional sino internacional, pues acababa de ser galardonado con el Pemio Sasakawa, el “Nóbel” que otorga cada dos años la Organización de las Naciones Unidas, ONU, a las personas que trabajan en el mundo por la reducción del riesgo de desastres.
Curiosamente iba camino a recibir el galardón en la sede de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, cuando se encontró en el Aeropuerto de Barajas, en Madrid, con su ídolo Joan Manuel Serrat, con quien terminó intercambiando unas palabras y en algún momento de la charla le preguntó:
“¿De dónde eres?”.
“Soy de la ciudad donde a Usted le suspendieron un concierto por un terremoto”, le contestó.
“Claro, de Manizales”, asintió el cantante.
“Ese terremoto me cambió la vida”, le contó y luego le explicó: “yo iba a cantar como canta usted, pero en realidad decidí, por ese terremoto, dedicarme a la ingeniería, a la gestión del riesgo de desastres, al cambio climático y hoy voy a recibir el premio que Sasakawa de las Naciones Unidas justamente por haberme dedicado a eso y no a cantar”.
Veinte años después de haber alcanzado ese galardó, Omar Darío Cardona Arboleda no duda en señalar este acontecimiento como uno de los más importantes de su vida, por el significado que tiene el que lo haya obtenido un colombiano, además manizaleño y adicionalmente egresado de la sede local de la Universidad Nacional de Colombia.
Su trayectoria
Omar Darío Cardona Arboleda es seguramente el colombiano más preparado en materia de prevención de riesgos y atención de desastres con que cuenta el país, y toda una autoridad mundial en la materia. Además de ser Ingeniero Civil de la Universidad Nacional de Colombia, sede Manizales, es también Doctor en Ingeniería Sísmica y Dinámica Estructural de la Universidad Politécnica de Cataluña.
Realizó especializaciones en el Instituto de Ingeniería Sísmica y Sismología, IZIIS, Macedonia; Oxford Polytechnic, RU y Colorado State University, EEUU. Es profesor asociado del Instituto de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de Colombia y ex profesor de la Universidad de los Andes. Ha sido profesor visitante en España e Italia, y presidente de la Asociación Colombiana de Ingeniería Sísmica, y Director General de la Dirección Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres de Colombia en los gobiernos de los presidentes Virgilio Barco y César Gaviria.
Además, consultor del BID, el Banco Mundial, el PNUD, la UNISDR y otros organismos de la ONU. Es miembro fundador de la Red Latinoamericana de Estudios Sociales sobre Prevención de Desastres (LA RED) y adicionalmente ha sido integrantes de comités científicos del IPCC (SREX y AR5), ICS (IRDR), GEM (Comité Científico) y de la IAEE (Comité de Directores).
Es cofundador, socio y gerente de INGENIAR empresa que ofrece servicios especializados en los campos de la ingeniería, la planificación y la política pública, con énfasis en la evaluación de amenazas naturales, modelación y gestión del riesgo de desastres, adaptación al cambio climático, entre otros servicios.
La Ventitrés habló con el científico, el investigador, el académico, el profesor, el funcionario público que desde allí tuvo que hacer frente a tragedias como las del río Páez y el terremoto de Armenia, entre otras, sobre asuntos tanto locales como nacionales, a propósito de su participación esta semana de la Tercera Conferencia Interamericana sobre Reducción de Riesgo de Desastres y Adaptación al Cambio Climático, evento que además lideró.
Para él la atención del riesgo es fundamental para el desarrollo, bienestar y la calidad de vida de las personas:
“Lo que pasa es que la gestión del riesgo no es una cuestión solamente de la política pública o de unos especialistas, sino que tiene que ver con el papel que cada ciudadano tiene en protegerse a sí mismo, a la familia, a sus bienes, etcétera, y vivir en un adecuado equilibrio con la naturaleza, y eso implica convivir con el riesgo; es decir, convivir con el riesgo no solamente es de científicos o de las administraciones públicas, sino de los ciudadanos y entonces está ligado al comportamiento, al conocimiento que cada persona tiene que tener al respecto de ello, como los terremotos, los deslizamientos, las erupciones volcánicas y las inundaciones”.
Los desastres evitados
Por eso considera que es fundamental en el presente trabajar sobre las vulnerabilidades que nos exponen a desastres en el futuro. “No es qué pueda llegar a ocurrir, sino la vulnerabilidad que ya está construida; es decir, ya somos vulnerables, y no se trata de lo que va a pasar en el futuro independiente de lo que esté pasando hoy, ya que esa situación la tenemos que intervenir, no en el futuro, sino hoy, en el presente, para poder reducir el riesgo futuro y para evitar que los desastres lleguen a causar grandes efectos al desarrollo y a la vida misma de la sociedad”.
Advierte que muchas veces la misma comunidad permite que crezca esa vulnerabilidad, antes que reducirla, pues se enfrenta como problema independiente del desarrollo, la sostenibilidad y la planificación. Por ejemplo: “Desde el ordenamiento territorial que tienen que hacer las administraciones públicas, lo que hay que hacer con planificación, con el conocimiento técnico científico, es intervenir ahora esas condiciones de vulnerabilidad con políticas públicas, con acciones, pero no esperar a hacerlo para después, sino empezar a hacerlo desde ya, de tal manera que esas acciones se traduzcan en una efectividad de la gestión de riesgo y en lo que se llaman los desastres evitados; hay que medir los desastres evitados, saber que al estar haciendo planificación de la gestión del riesgo, estamos evitando los futuros desastres”
¿Cómo ve hoy lo que está pasado con la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y Atención de Desastres?
“Este evento es justamente la reacción de la ciencia, del conocimiento, de la academia, a la asociación que hoy se hace de que la gestión del riesgo es corrupción. Es increíble lo que ha pasado en Colombia, nosotros logramos construir un sistema nacional de gestión del riesgo admirado en muchas partes del mundo, que la clase política ha estado destruyendo y la ha convertido en un foco de corrupción. Por eso hoy estamos aquí, en la Universidad Nacional de Colombia, en el alma técnica de la gestión del riesgo de Manizales, justamente para decirle al país y a los ciudadanos que gestión del riesgo no es corrupción, es ciencia, conocimiento, es desarrollo económico y social y es sobre todo, anticiparse a los futuros desastres con unos procesos que puedan reducir la vulnerabilidad y de esa manera poder convivir con nuestra naturaleza.
Tenemos como sacudirnos en este momento y realmente convertirla en lo que tiene que ser, porque la entidad hace ya varios años tiene problemas muy delicados, justamente por la falta de efectividad de su gestión. Son muchísimas personas dedicadas a esta materia, que le han dado toda su vida a la gestión del riesgo en diferentes ámbitos, porque esto es multidisciplinario, interinstitucional, pero no hay derecho que hoy en día esta actividad se asocie con corrupción cuando existe tanta gente que le ha dedicado toda la vida, y todo por culpa de personas inescrupulosas que quieran utilizarlo como un trampolín para llegar a, digámoslo así, a ser representantes a la Cámara o al Senado; es una tristeza que en vez de hablar de Gestión del Riesgo, hablen de politiquería”.
¿ Y Manizales frente al país y frente al mundo, cómo está?
“Hace ya bastantes años la clase política manizaleña tiene claro que la ciudad está a la vanguardia y no puede dejar de estarlo; es decir, ya se les volvió un compromiso por que entienden que reducirle o quitarle a una cosa que ya se ha logrado, sería una equivocación, incluso política. Nosotros contamos afortunadamente con una decisión política y una manifestación clara de que la gestión del riesgo sigue siendo una de las estrategias de desarrollo y de sostenibilidad de Manizales y yo soy un convencido de que nuestra ciudad seguirá siendo un referente, no solo nacional, sino internacional.
También para la Administración Pública es un reto mantenerse a la vanguardia y diría con mucha satisfacción, que Manizales es justamente el ejemplo para mostrarle el mundo de que la gestión del riesgo si es posible, es decir, en alguna parte del mundo está ocurriendo y está ocurriendo bien”
¿Qué le diría al Gobierno y a los responsables de la gestión del riesgo en el país?
“Que gobernar es anticiparse y justamente no es eso lo que están haciendo. Nos quedamos a la vera del camino producto de aquellos que encontraron otro sendero. Antes, por lo menos los gobernantes y los políticos decían tenemos que prepararnos para el Fenómeno de La Niña, tenemos que prepararnos y hacer todo el esfuerzo para que se hagan todas las cosas con anticipación. Ahora dicen: Va a haber Fenómeno de La Niña y no tenemos ni idea, ni estamos preparados para afrontar; con desfachatez dicen que como no van a ser capaces de atenderlo, se anticiparon a decirlo con antelación”.
Este es Omar Darío Cardona Arboleda, el experto científico manizaleño que aspira a regresar muy pronto a su tierra, “espero que la vida me permita estar cada vez más cerca de nuestra ciudad, que mis próximos años sean en Manizales”, concluyó.
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