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“No me llamaba la atención ni montar en bicicleta ni trotar”, Maria Carolina Velásquez

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Esta es la historia de Maria Carolina Velásquez, la niña que un día decidió practicar triatlón para pasar el tiempo con sus amigos y terminó convertida en la mejor del país en la historia de ese deporte, de la mano que de un proceso que se desarrolló en los últimos cuatro años en el departamento de Caldas.

El Triatlón es un deporte comprende tres disciplinas específicas: natación, ciclismo en carretera y carrera a pie

Por Germán Mejía Gallo y Samuel Salazar Nieto

Cuando todo indicaba que su paso por el deporte de alto rendimiento sería efímero y que en su palmarés como triatleta sólo figuraría una participación a los 14 años en unos Juegos Olímpicos de la Juventud y una medalla de bronce en Juegos Nacionales, a cinco horas de su natal Marinilla se cocinaba un proyecto deportivo pensado para ella que cambiaría radicalmente su destino.

El haber sido favorecida con una beca para ir a la universidad y el deseo de darle gusto a su padre, la llevaron a abandonar el deporte y a dedicarse a estudiar.  En esas estaba a finales de 2019 cuando la entonces profesora de natación y estudiante de psicología recibió la llamada del técnico José Said Bustamante, invitándola a integrar el poderoso equipo que estaba armando el departamento Caldas para los Juegos Nacionales del Eje Cafetero que se realizarían en 2023.

Video de entrevista de María Carolina Velásquez con La Veintitrés: La entrevista

Desde ese mismo momento tenía claro cuál sería su respuesta: “me voy para Manizales”, fue lo que pensó inmediatamente; decisión que materializó después de acordar unas condiciones favorables para continuar con sus estudios y de la aceptación a regañadientes de su padre, para quien la prioridad era que la menor de sus tres hijas se convirtiera en profesional.

Don Wilman Velásquez, un humilde vigilante de Marinilla,  formó con Doña Nancy Soto, ama de casa, un hogar en el que siempre destacaron el amor, la unión, el esfuerzo y el deseo de sacar adelante a sus tres hijas, por las cuales lo dieron todo para que estudiaran y salieran adelante. La menor de ellas, María a Carolina, comenzó a sufrir de los pulmones cuando tenía tres años y en dos ocasiones presentó cuadros de bronconeumonía que obligaron a hospitalizarla, razón por la cual el médico les recomendó que ingresaran a la niña a clases de natación para fortalecer sus funciones respiratoria y cardiovascular. Y fue así como, quien

es hoy la mejor triatleta de Colombia y en menos de dos meses estará compitiendo por una medalla olímpica con 55 mujeres  damas de todo el mundo, se inició en el deporte.

“Mi padre le insistió a mi mamá que nos metiera a las clases a las tres hermanitas, a mi porque era importante para la salud, pero insistió en que fuéramos las tres porque para él  era muy importante que aprendiéramos a defendernos en el agua, pero esa fue la razón principal por la cual inicié en el deporte”, relata Carolina.

A los seis años comenzó su preparación en serio como deportista y formó parte de grupos de semilleros de natación y en la medida que avanzaba se especializó en competencias de espalda y mariposa. “Estuve en el programa formativo mucho tiempo como hasta los 10 u 11 años y allí entré a natación carreras en mi municipio hasta mis 16 años más o menos”, 

 participó en intercolegiados y coqueteó con el nivel departamental, aunque a sus padres se les hacía muy difícil llevarla a Medellín a participar en las competencias.

Su llegada al triatlón

Aburrida  de la natación ya que se sentía estancada, vio cómo sus compañeros de práctica empezaron a migrar hacia el triatlón y aunque en principio, pese a sus reiteradas invitaciones se mostró reacia a acompañarlos, finalmente aceptó.  “El caso fue que todos mis compañeros se pasaron y yo como por estar con ellos me dije: bueno, pues vamos a intentarlo , pero inicialmente no me llamaba la atención ni montar en bicicleta ni trotar y en principio sólo lo tomé como una forma de pasar el tiempo”.

“Si así es de flaca practicando un deporte, ahora con tres Usted se me va a desaparecer”, fue lo que le dijo Nancy, su madre, quien siempre ha sido su apoyo y aliento para seguir adelante en la practica del deporte. 

Su primera carrera, a la cual por poco no puede asistir pues su padre no le quería dar permiso debido a que su mamá, quien siempre la acompañaba en las salidas, estaba enferma y no podía viajar, fue en el Lago Calima, motivada por sus compañeros.  Corrió con bicicleta prestada y  le fue muy bien en natación;  del primer lugar pasó al último en el tramo en bicicleta, pero se recuperó en atletismo y ganó. Y fue así como empezó, aun sin mucha fundamentación técnica, sin bicicleta y con muchas ganas, en el  triatlon.

“En el 2014  – nos cuenta Carolina- se hizo una eliminatoria en Marinilla para ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud. Yo clasifiqué para ir a México y allí gané la plaza para un Cupo de Colombia a las olimpliadas.  Estaban en disputa ocho cupos para América y yo quedé en el sexto lugar”. 

Fue entonces cuando conoció a su actual entrenador, José Said Bustamante, quien había sido designado como técnico del equipo de Colombia que estaría en los Juegos Olímpicos de la Juventud que se disputarían en Nanjing, China. “Vine inicialmente a Manizales porque iba a viajar con ellos a China a Juegos Olímpicos de la Juventud, ahí fue donde lo conocí.  Esa semana entrené con él y luego viajamos a Europa donde nos concentramos para el evento y estuve entrenando bajo su orientación un buen tiempo”.

Foto: Tomada del Instagram de Carolina Velásquez

Con la experiencia de la olimpiada, donde ocupó el puesto 25 en la competencia, regresó a Colombia donde toda su actividad dependía de la Liga de Antioquia que atravesaba por muchas dificultades. Sin embargo, representó a su departamento, Antioquia,  en los Juegos Nacionales de 2015 y en Prado, Tolima,  ganó medalla de bronce en la categoría de relevos. 

Prematuro retiro

El panorama estaba despejado para que el prospecto que comenzaba a brillar continuara su camino pero ….. “mi papá no veía el deporte como una profesión, no le veía finalidad y no le daba el respeto que se merece. Él insistía en el estudio y una carrera profesional”.  

Y fue así como priorizó su formación académica y con una beca que se ganó en los juegos escolares después que llegó de China, comenzó a estudiar psicología en la Universidad Católica de Oriente.  Y aunque contaba con el apoyo de la Liga de Antioquia no fue suficiente porque estuvo mucho tiempo sin reconocimiento de la Federación Colombiana de Triatlón, lo que llevó a que perdiera continuidad en la competencia, a que no alcanzara más figuración y que ni siquiera pudiera estar en los Juegos Nacionales del 2019. 

Por más de cuatro años estuvo lejos de la competición de alto rendimiento, montaba en bicicleta con sus amigos y mientras estudiaba y era profesora de natación, mantenía la actividad física, aunque no con la exigencia que requeriría la práctica competitiva. Fue entonces cuando se produjo el llamado para que e vinculara al equipo de Caldas.

El regreso y la gloria

Cuando estaba a punto de ingresar a hacer las prácticas como psicóloga en el Atlético Nacional se produjo la llamada José Said Bustamente y aunque no pensó mucho su decisión, la tarea principal fue convencer a su padre. “A mi papá le dio súper duro,  me decía que como me iba a venir que iba a ser muy difícil,  pero yo quería arriesgarme. Yo le decía padre lo peor que me pueda pasar es que me toque devolverme,  déjame ensayar”.

Carolina admite que los dos primeros años fueron muy difíciles. Primero, le faltaba año y medio para graduarse, por lo que cada 15 días tenía que estar viajando entre Manizales y Marinilla. Después llegó la pandemia y aunque no podía salir a entrenar, se dedicó a adaptar su cuerpo al volumen que se maneja en alto rendimiento, “aunque no entrenaba ni un cuarto de lo que entreno ahora”. También le fue difícil acomodarse a un nuevo ambiente en otra ciudad, otro entorno social, lejos de la familia, parte emocional que en buena medida superó al estar en compañía de su pareja.  Pero su mayor obstáculo, que finalmente superó, fue alcanzar el nivel competitivo después de tener que, como ella misma lo admite, “empezar el proceso de cero porque mi cuerpo estaba totalmente desadaptado, nada que ver a un atleta profesional”.

Fueron dos años muy duros, de mucho sacrificio, pero después de los cuales comenzaron a verse los resultados, gracias al trabajo de todo un equipo interdisciplinario. “Teníamos el médico, el nutricionista, el psicólogo, y todo un montón de personas que estuvieron en el proceso y comenzaron a ver el cambio, porque estábamos todos en una misma dirección y mi técnico, mi entrenador, mis compañeros de entrenamiento, todos en equipo, aportaron  muchísimo a mi rendimiento”.

El ser campeona nacional en Chinchiná en 2022  le dio un cupo para formar parte del equipo del mundo de triatlón, por lo que fue incluida en los eventos mundiales clasificatorios a los Jugos Olímpicos. Y Desde entonces, el éxito no ha dejado de arropar a María Carolina Vásquez Soto, que en los últimos dos años estuvo en las Copas Panamericanas, las Copas del Mundo y la Serie Mundial, eventos exclusivos de triatlón en el mundo, con actuaciones que por primera vez un deportista colombiano logró.

Su trabajo rumbo a los Jugos Olímpicos estuvo concentrado en cumplir a cabalidad el ciclo completo para alcanzar esa meta y a fe que lo logró: Obtuvo tres medallas de oro en los Juegos Bolivarianos de Valledupar; una de plata en los Suramericanos de Asunción, Paraguay; una de oro en los Centroamericanos y del Caribe de San Salvador, y medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Santiago Chile. 

Todo este proceso, de la mano de su entrenador José Said Butamante y el equipo, el “montón de gente” que día a día entrega lo suyo para que la triatleta sea la mejor. 

Lo que viene

“Muchos sueños, obviamente mi objetivo principal es dar mi mejor esfuerzo,  disfrutar mis juegos y hacer que la bandera de Colombia esté en lo más adelante que pueda.  Con seguridad que voy a dar mi mejor esfuerzo y vamos a trabajar muy fuerte para ello”. 

El 31 de julio a las 8 de la mañana hora de parís, en el puente Pont Alexandre III,  sobre el rio Sena, comenzará Maria Caralina a hacer realidad el sueño por el que trabajó los últimos cuatro años de la mano de la Liga de Triatlon de Caldas, con el apoyo de todo un equipo multidisciplinario, de la Gobernación de Caldas y de la empresa privada. Momento en el que 50 millones de colombianos estaremos agradeciéndole todo su esfuerzo y alentándola para que su paso por la olimpiada sea el mejor.

sos/

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