La Veintitrés

La Historia del Once Caldas campeón hace 20 años, contada por Luis F. Montoya y sus muchachos

Compartir en redes sociales

“Aquí tenemos un equipo, un equipo del putas”. “Ustedes me ponen una condición, yo pongo la mía, aquí se hace lo que yo diga”. “Invito a los directivos, a la afición y  los periodistas a que se unan”.

Un emotivo acto se cumplió en el museo del Once Caldas con la presencia de Luis Fernando Montoya, el gran protagonista de aquel 1 de julio de 2004 y varios de sus más destacados jugadores de aquel histórico equipo, para conmemorar los 20 años de la obtención del título de la Copa Libertadores de América.

Montoya, que extrañó la ausencia de Juan Carlos Henao en el acto porque considera que él fue el verdadero responsable del título,  recordó aquella noche de la final y contó su historia de la llegada al Once Caldas para comenzar a recordar aquel momento memorable: “

Esa noche cuando nos empatan yo estaba tranquilo, le había dicho Juan Carlos Ángel y a ´Panelo’, tenemos un gran portero, lo demostró en el Morumbí, en la Bombonera,  por eso me extraña que no esté acá, pero no me preocupó el empate,  me preocupó cuando Valentierra botó el penalti”…  En ese momento Arnulfo le dice al profe, “pero como se le ocurre” y todos los asistentes soltaron la carcajada… yo. “No, en serio”, dice Montoya y continua, “¿sabes por qué me preocupé? Porque yo sabía que era un penalti fijo para nosotros, lo tenía seguro, y dije, se me va a caer el equipo; ahí piensen de eso, por lo demás estaba tranquilo y lo había dicho desde la Bombonera, aquí no se puede perder y no me pidan cambios, no se me hagan los lesionados, entonces me preocupó esa parte, pero verdaderamente yo estaba seguro de que en Manizales teníamos que ganar todos, el único rival más difícil tuvimos fue el Barcelona de Ecuador”, dijo.

Siguió recordando y manifestó que en la charla técnica les había hablado de la película Shackleton y continuó, “les dije, ni piensen en nosotros, piensen en las familias,  en sus hijos cuando lleguen a la Escuela o Colegio y le cuenten a sus compañeros, mi papá es campeón de Copa Libertadores, ahí uno se siente orgulloso. Háganlo por ellos, por sus esposas, por sus hijos, por su familia, esa fue toda la charla, pero ese equipo era tranquilo y yo le voy a hacer un homenaje muy grande a dos personas, a Juan Carlos Henao y como directivo a Jairo Quintero”. 

Su llegada a Manizales

Cuando llegué acá, ustedes no conoce lo que les voy a contar, hablé con Don Jairo y cuadramos la parte económica, yo traía ropa para quedarme dos días y me quedé una semana. Le dije, necesito ver todos los jugadores del club, Arnulfo Valentierra venía del América, en ese momento eran como 35 o 40, armamos como dos o tres equipos, y vi el equipo que me gustó, porque tenía temperamento, agresividad, deseo de triunfar, y le dije a Don Jairo, después de los partidos vamos a hacer un asado, quiero verlos en el comedor, porque a mí me enseñaron que las personas se conocen con el comedor, entonces fuimos al partido, me gustó lo que vi, levante el ojo y le dije a Panelo, aquí tenemos un equipo, un equipo del putas”, manifestó.

Las condiciones de los jugadores

Cuenta que luego se fueron para el asado y allí le sucedió algo inesperado, “me llamó a una mesa aparte Valentierra, Galván no hablaba, Rubén Velásquez, Henao, y estaba Jhon Viáfara, y me dicen, profe, le vamos a pedir un favor, yo de entrada pensé para mis adentros, que querrán estos hijueputas…” jajajajajja se escucha en el auditorio, “sin empezar y ya jodiendo, cuando me dicen, nosotros queremos que usted no cobre premio doble,  y les dije, ¿a ustedes les preocupa eso? A mí no, me dan lo que quieran, nombren la gente que ustedes quieran y por la plata no se preocupen, yo vengo a triunfar, y me dicen, listo profe, ¿contento?, y les dije, contento sí, pero les voy a decir una cosa, ustedes me ponen una condición, yo voy a poner la mía, aquí se hace lo que yo diga, yo mando aquí, y díganme si les gusta o no les gusta; si profe, me dijeron”.

La concentración

Cuenta a renglón seguido que “un día terminamos un partido del torneo colombiano acá, y le dije a Don Jairo, me hace el favor y me cuadra el bus en la pista atlética, y me dijo, ¿para qué?, porque voy a concentrar el equipo, le dije. El equipo lo concentré y al primero que vi que llegó tiró el colchón para afuera; me dice Juan Carlos Ángel y Panelo, profe, esos jugadores están todos verracos, y les dije, yo ya les puse la condición, ellos me pusieron la plata y aquí se hace lo que yo mande, si no les gusta así, que me lo digan de una vez, y les dije, no se preocupen, ahora Juan Carlos Henao tiene que acostarse a dormir, tiene que entrar el colchón, así era”. 

Afirma que en Colombia “hay un problema muy grande, en nuestro fútbol hay equipos muy buenos, pero no triunfan porque los jugadores hacen lo que les da la gana, y conmigo no es así; por eso le dije, yo cambié plata por autoridad y la autoridad es que en la casa hay un papá y una mamá. Y don Jairo me decía, mijo, ese equipo no te va a aguantar, y le dije, no se preocupe, y él tenía una frase que decía,  mijo, no cambie lo cierto por lo dudoso, y es la verdad, nosotros a veces en la vida cambiamos cosas que conocemos, que sabemos cómo piensa ese ser humano, por otra imagen, nos dejamos deslumbrar, eso no es así”.

La derrota con Pereira 

“Un día terminamos un partido acá con el deportivo Pereira, creo que perdimos 2-1, un mes o dos meses antes de empezar la Copa Libertadores, y eso fue el acabose. Me llamo el Presidente y me dijo, ¿hijo donde estás?, le dije, me voy para Medellín; no te puedes ir hay muchos problemas acá con algunos directivos, porque se perdió con el Pereira, yo le dije, no se preocupen lo que viene es muy bueno. Yo le decía a los jugadores,  el que esté pensando en jugar acá y quedarse acá, no está en nadas, hay que pensar en el Real Madrid porque el que piensa en poquito, poquito se queda. Cuando entré a este salón, me acordé que yo les tengo un balón, el de la Copa Intercontinental, aquí no está, yo se los tengo”, afirmó.  

La concentración del médico

Recuerda que un día le solicitó al médico que se concentrara con ellos y él le dijo que después de 25 años que lo iba a hacer, “te concentrar, y no se quería concentrar y le dije, médico, dígame si cuento con usted,  y me dijo bueno, yo me voy, pero duermo en el carro. Nosotros desde la habitación  mirábamos el carro por la rendija ,y yo les decía,  déjenlo que el HP ahora entra, él no se queda allá; como a la una de la mañana sale para ingresar, y le dijimos cuando entraba, médico, para donde va, para la pieza a dormir, nos dijo. Muchachos, el fútbol y la vida es así, no llenamos de un montón de capricho. Nosotros lo difícil, lo difícil, lo hacemos más difícil. Esa era la vida del Once Caldas”.

El Sancocho

Cuando yo veía el equipo como aburrido, le decía al médico, ¿hay forma de que tengamos un sancocho para mañana? Y lo decía porque yo sabía que el sancocho era la mejor forma de subirle el ánimo a los jugadores, porque todos preguntaban al unísono, que vamos a almorzar hoy,  y todos los jugadores decían Sancho, para gozarse además al médico que le decían así”.  

Un llamado a la unión

Luis Fernando Montoya aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la unión de fuerzas, “siempre he dicho que para mí la vida es sumar, no restar y dividir, y con los actos que se hacen, se divide. A mí eso no me gustan los sindicatos, no me gusta eso. Si nosotros todos no nos unimos, no vamos a volver a ser lo que éramos antes. Me disculpan, pero me extraña que no esté el presidente, me extraña que no esté Juan Carlos Henao, es más, yo soy un hombre tan verraco, que hasta a los enemigos me gusta tenerlos cerca. Yo digo, que costaba por ejemplo haber invitado hoy a la Junta directiva que quedó campeona. Eso no cuesta nada, no restemos, sumemos, no dividamos. Mira este equipo, ustedes notaron ahora una cosa, estos muchachos se me arriman y en la frente me dan un beso. Este equipo fue grande por eso, porque siempre sumo, nunca dividió, entonces yo los invito a todos, a todos,  los directivos actuales, a toda la afición y  periodistas que se unan, si no nos unimos, vamos a estar más divididos que el país, eso a mí me duele, yo quisiera ver al Juan Carlos Henao, porque él nos ganó la Copa Libertadores, no fue el profe Montoya, fue Juan Carlos. Hagamos eso, ¿por qué no lo podemos hacer? Me disculpan, pero así no podemos seguir, sumemos”, finiquitó. 

El recuerdo de los jugadores

Varios de los integrantes del equipo campeón que estuvieron presentes en el acto, contaron detalles de lo que vivieron ese día en Palogrande.

El madrazo de Soto 

Elkin Soto recordó que la primera palabra que se le vino a la mente cuando salieron campeones fue “¡hijo de puta, campeones!, fue un momento muy bonito, cuando Juan tapó el último penal yo me quedé en la mitad de la cancha, no fui capaz de correr a donde Henao, sentí debilidad en el cuerpo, no sé si la tensión del partido, ahí se descargó todo, levante las manos me puse de rodillas y después lloré. Eso es lo que recuerdo, después que pasó ese momento, empecé a buscar a Henao y estaba como unn loco corriendo por todos lados”.

La Copa fue un lindo sueño

Para Dayro Moreno, el más joven de los integrantes del grupo en aquel momento, lo primero que tiene es agradecimiento con el profe, “el profe Panelo me dio la oportunidad de debutar en el fútbol colombiano a mi corta edad, ese día la verdad sentí mucho nervio, porque la verdad yo tenía muchos jugadores como el Chusco, Castaño, Samuel, Valentierra, Soto, y recuerdo  que después del almuerzo el Chusco y Henao tomaban mucho café y pusieron dos termos, pero nadie más tomaba. Yo me gané la confianza de todos  y la verdad lo que ellos me dijera yo lo hacía. Yo lo veía a los referentes, a los capitanes y decía, está mi oportunidad. Todo fue tan rápido porque yo me vine a mi pueblo a los 14 años para Manizales, debuté campeón en el 2003, en el 2004 el sueño en la Libertadores y siendo titular, y me iba para la habitación a rezar y agradecer a Dios la oportunidad de lograr ese triunfo tan importante porque eso me va a quedar para mi vida. Ya después de 20 años esto sigue como siempre lo digo, esto quedará para mis nietos, para mi ciudad, para mi familia, porque eso no lo gana todo el mundo y acá en Colombia somos poquitos los que tenemos el privilegio de haberlo ganado. Esa copa tan importante para mí fue un sueño muy lindo y cuando veníamos en el bus, yo siempre venía atrás con Valentierra, Samuel, Castaño, el Chusco, ellos me hablaban, recibí muchos consejos, y está es la hora que yo les agradezco mucho, porque sin ellos que no hubiera podido hacer lo que hoy en día soy, gracias a Dios el máximo goleador del fútbol colombiano y un logro muy importante de la Libertadores  con este equipo que amo y del que soy hincha”.

Inmensa alegría

Arnulfo Valentierra: “Yo recuerdo lo que se vivió toda la semana, esa energía positiva, y saber que estábamos un paso de ser campeones, pero después de que Henao tapó ese penal, vi el  rostro de toda la gente, de mis compañeros, de la familia, de todos y cuando pasaban los resúmenes de que todo Colombia celebró ese título, con una alegría que hacía rato un equipo o algún deporte no le había dado al país. Hoy la gente lo sigue celebrando y recordando cada vez que lo ven a uno. En esa oportunidad ganamos un título que nadie pensaba, pero esa alegría y ese rostro de felicidad se va a reflejar en mi vida, en mi familia, porque el título que logramos nosotros fue algo grandioso”. Muchas gracias.

La afición No. 11

En el evento se dio a conocer que como homenaje a la afición, el equipo determinó que su jugador número 11 son ellos y que por lo mismo a partir de ahora no existirá más ese número en ninguno de los equipos del onceno manizaleño, porque serán los aficionados los portadores de la misma.  

Sigue leyendo