El Auditorio Olimpia, del Teatro Los Fundadores, se proyectó este jueves el film El origen de las especies, una producción que cuenta con la dirección de Tiagx Vélez, Juliana Zuluaga Montoya y Analú Laferal. La Veintitrés habló con ellos sobre este proyecto.
Por Andrés Rivera Motato
La Veintitrés tuvo la oportunidad de estar ahí y conversar con los realizadores de esta película, quienes pusieron al desnudo detalles de la producción y dejaron claro los orígenes del proyecto.
Asimismo, Tiagx Vélez, Analú Laferal y Juliana Zuluaga hablaron sobre sus proyectos futuros, el pensamiento y la narrativa de la historia.
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¿Cómo surgió la idea y qué tan diferente terminó siendo desde el origen?
La película no tuvo un proceso de formas tradicionales que es como: tienes una idea, adquieres un guion, luego la filmas, la sacas y así muy de proceso paso a paso. Creo que fue todo lo contrario, o sea, nosotros veníamos mandando unos materiales con unas preguntas que tenemos los tres, como por la relación con las otras especies, por el cuerpo, por la identidad y por un montón de cosas. Fue al final del año pasado que nos dimos cuenta de que le estábamos dando muchas vueltas.
Después de tener unos materiales filmados fue que dijimos como bueno, aquí ya podría haber una obra y en ese momento construimos el prólogo y pensamos en organizar los materiales. Esta es una obra que se compone de distintos procesos creativos de mucho tiempo. Si lo hubiéramos tenido claro desde el principio, creo que la obra tendría otro espíritu, que siento que quedó así, porque también fue de esa manera medio accidentada que se dio.
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Tiagx Vélez, Analú Laferal y Juliana Zuluaga.
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En la película, ¿hay unión con el territorio que habitan? ¿En qué lugares fue grabada la obra?
Tiagx: No estamos buscando retratar un lugar específico, sino que eran los espacios. Particularmente en la ciudad de Medellín, algunos municipios de Antioquia y en Buenaventura fue donde se rodaron todas las partes de la selva y las partes de la ciudad, pero no estamos buscando puntualmente hacer una conexión con el lugar. La tarea fue de buscar, de explorar y encontrar formas distintas de acercarnos al paisaje, no solamente natural sino también al paisaje industrial.
Toda la construcción de los espacios convergen y se crean lugares distintos en la película.
Analú: Aunque no queríamos particularizar cada territorio, si sabíamos que era muy importante para lo que estábamos haciendo, gran parte de la peli se rodó más como desde ejercicios muy rituales, incluso desde la misma producción, entonces creo que en ese sentido el territorio fue muy importante y teníamos formas de entrar, que consideramos las más respetuosas para nosotros, entendiendo igual que estamos viniendo a otros lugares y evidentemente éramos extranjeros. Por ejemplo el río, la montaña y la selva fueron protagonistas importantes, incluso eran lugares de difícil acceso, particularmente uno en Antioquia y en Buenaventura. Buscamos llegar a estos lugares, por ejemplo con el látex, sin que eso fuera a generar una relación que afectará el ecosistema, sino que antes, nos permitiera una conversación que no Sabíamos muy bien que iba a pasar, pero que sabemos queríamos que pasara en ese lugar.
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¿Qué retos tuvieron con los lugares?
Juliana: Nosotrxs somos veganxs y nuestro catering siempre son vegetarianos, entonces claro, vos vas a un lugar por ejemplo en el río Samaná o en Bahía Málaga, que además tienes que acceder en lancha, sabes que principalmente la alimentación está dada por el pescado y vos decís “cómo hago para llevar desde Medellín un montón de proteínas vegetales”. También la parte del equipo, es una constante creatividad para solucionar y para poder ir mediando entre poder hacer una intermediación y un aprendizaje mutuo con las comunidades y un trabajo recíproco.
Justamente, eran difíciles algunos territorios porque fuimos súper cargadxs de cosas, llevábamos todas las proteínas y nos pasó con la montaña que podíamos utilizar las mulas para cargar las cosas y nosotrxs no queríamos eso porque estamos en contra y no queremos que en un rodaje haya este tipo de prácticas. Yo creo que en la práctica ha sido muy lindo porque va mucho más allá de lo discursivo, es decir: si me parece importante alimentarme de esa forma, bueno, como lo resuelvo.
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¿Qué relación tiene lo inerte con lo vivo en la producción?
Juliana: yo siento que todo el tiempo hemos estado construyendo estas imágenes que no han sido con grandes presupuestos, generalmente estamos acostumbrados a que siempre se vea algo impresionante en el cine de Hollywood, pero hay otras maneras de hacer este tipo de cine dese acá. Entonces lo que nos pasó a nosotros es que éramos un equipo pequeño y nos preguntábamos ¿cómo podíamos hacer que algo se viera como un meteorito?, o ¿cómo hacer unas imágenes, que se ven sobre todo en la última parte, que es muy acuosa y que es como una cosa babosa? Entonces fue apoyarnos de recursos como el Parque Explora, material de archivo, basura que nos encontrábamos y lo agigantábamos en pantalla y así, con cosas mínimas
Los materiales de archivo tienen otra connotación distinta, pero cuando vos la sacas de una imagen de una noticia o algo que te está diciendo que está bombardeando a Palestina de repente viene a mí y lo convierto en un meteorito. Entonces cambia el lugar, la forma y el sonido.
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¿Qué se viene para ustedes que están haciendo?
Juliana Zuluaga: Los tres somos muy diferentes y venimos de lugares distintos, pero, yo ahora estoy terminando de filmar una peli con la que llevo mucho tiempo y dónde todo mundo me decía como: “Ah, usted es muy buena productora, para qué se va a poner a dirigir”. Entonces llevaba mucho tiempo intentando e intentado, también financiarla por la forma tradicional que a uno le enseñan, pero hay films que también el sistema no quiere financiar y hay que aceptarlo. Entonces estoy insistiendo y para mí también ha sido lindo ese proceso.
Tiagx: Yo ahora ando en una vaina muy personal, estoy haciendo películas con más diálogos, experimentando mucho y arriesgando mucho, con ganas de hace más.
Ana: yo no he respetado mucho las prácticas artísticas y siempre le he tenido mucho miedo al cine porque es caro y lo hace gente muy tesa. Yo siempre vi el cine muy lejos de mí y lo que agradezco de esta película es que me acerqué y conocí otras prácticas de hacerlo. Estoy en un momento mucho más íntimo y el cine es muy colectivo, entonces me he centrado en escribir, estoy reeditando un libro y estoy intentando volver a lo personal porque el cine es muy social. Pero también grabando cositas, que no sé si termine siendo cine. Estoy ordenando los videos de mi vida.
Esta noche habrá una función adicional con presencia de los autores en Cinespiral y tendrá un cobro de boletería de 12 mil pesos. En Manizales La película seguirá en cartelera por estos días en el cinema independiente.
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Un nuevo rumbo
“Después de atravesar el cosmos viajando al interior de gélidas rocas de hielo, una nueva especie cambia el rumbo del planeta azul, cuando millones de estas impactan en la vastedad de la Tierra”. La anterior es la premisa del largometraje realizado por Crisálida Cine en coproducción con Archipiélago Sonoro y Bruma Cine, con la distribución en Colombia de Fuego Inextinguible Cine.
Sus realizadores
Tiagx Vélez, cineasta, docente travesti, se le conoce por otras producciones como el cortometraje Los hijos de la luz (2023). Juliana Zuluaga Montoya, directora, productora y docente; tiene entre su filmografía a La noche del minotauro (2023), el cual fue nombrado como Mejor cortometraje en la Competencia latinoamericana del Festival internacional de Cine de Mar del Plata (Argentina, 2023). Respecto a Analú Laferal, escritora, docente e investigadora, se le conoce por el cortometraje El tercer mundo después del sol (2024), que codirigió con Tiagx Vélez y produjo Juliana Zuluaga. Esta última producción fue beneficiaria del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico – FDC en la modalidad de Realización de cortometrajes. Les compartimos el tráiler de El origen de las especies.
arm/ab/sos/
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