El comunicador manizaleño Duvier Cardona Toro, quien hace varios años reside en Valencia, España, realizó un informe espacial para La Veintitrés, en el que nos cuenta como se vive hoy la tragedia que les afectó desde hace dos días, con varios manizaleños perjudicados por la misma.
Son incalculables los daños y las personas afectadas por este fenómeno natural que nos llegó de repente; por fortuna el lugar donde yo habito no sufrió mayores consecuencias. Valencia está rodeada por un río y fue allí, a 5 o 10 minutos de distancia en donde se vivieron las mayores afectaciones.
Esta mañana estuvimos en Benetússer, un pueblo aledaño, a unos cinco minutos de la Comunidad Valenciana, de Valencia exactamente, en donde pudimos ver la magnitud de lo sucedido, solo había destrucción, kilómetros y kilómetros de coches atascados, apiñados, y lodazales inmensos por todas las calles de esta localidad valenciana.
Nos fuimos en la búsqueda de compatriotas manizaleños que viven allí, para ver cómo les podíamos ayudar, por fortuna los encontramos bien, aunque con muchas dificultades en su sector; hablo de las familias Patiño y Tabares, quienes no sufrieron nada físicamente, pero si tuvieron dificultades de índole material.
En esta región vivimos cerca de 85 mil colombianos y el consulado en Valencia habilitó una línea telefónica para que la gente que todavía está buscando sus seres queridos, lo puedan hacer a través de ellos.
Serán muchos los días y meses que pasarán para volver a la normalidad en las localidades que recibieron el peso del fenómeno presentado. Quitar todos estos escombros no será nada fácil, y lo peor es que seguramente las cifras de fallecidos crecerá, porque son muchos los desaparecidos.
Lastimosamente las alertas llegaron tarde, porque cuando se conocieron, ya la tragedia acosaba alas comunidades.
El número de damnificados es incalculable, los daños materiales, las pérdidas humanas, la Generalidad Valenciana habla de más de 100 personas, pero todavía hay mucha gente por encontrar. Benetússer cuenta con una población latina muy importante aquí en Valencia.
Héctor, uno de los manizaleños que vive acá, nos relató para La Veintitrés que “acá solo venteaba y todo estaba oscuro, pero no cayó ni una gota de agua”; todo venía precisamente por el cauce del río manga que traía gran cantidad de agua, y a su paso por el pueblo cubrió hasta metro y medio, dos metros de altura, “en las paredes se ve en la parte amarilla, la señal hasta donde llegó el agua”.
Héctor, su familia y su hermano, todos están bien, pero de momento no hay posibilidades de salir a trabajar, todo paralizado y han llegado varias alertas a nivel nacional, solicitando no movilizarse por las carreteras valencianas, y mucho menos salir de los sitios de residencia.
Nos encontramos en este recorrido un pueblo totalmente devastado, lleno de lodazal y con montañas de carros, esto es sencillamente impresionante. Esperemos que con los días, todo pueda volver a su normalidad.