Por HERNÁN LÓPEZ AYA*
Fue una noche destacada.
Y no contagiarse con la emoción es bien difícil. Un día antes de que Colombia perdiera contra Uruguay en el último minuto del partido (hay tusa), otra selección criolla sacaba la cara por el país y confirmaba, nuevamente, que hay gente buena para rato.
Pero esa selección se batía en un escenario que abandoné hace años. Y esa decisión, propia de un cincuentón que cataloga a la década de los 80 como la mejor, me generó la pérdida de un momento bien importante para el país.
¡No los vi! Mea culpa. Me perdí la ceremonia número 25 de los Latin Grammy. Esos premios fueron para mí, durante muchos años, una obligación a estar pendiente de nuevos artistas, nuevas músicas, nuevas intenciones.
Pero desde que la música urbana y la popular mexicana se tomaron la idea, los abandoné. Es simple cuestión de gusto; no estoy diciendo (o escribiendo), que un género es más bueno (o malo) que otro, pero sí dejaron de interesarme y me limité a leer los artículos en los que aparecía la lista de ganadores.
Mi primer contacto con el evento me lo regaló mi carrera profesional. Por allá en 2001, si mal no recuerdo, la Organización hizo una rueda de prensa en la que anunciaría (si mal no recuerdo, otra vez) la forma de entrega de los premios de ese año porque la ceremonia oficial fue suspendida por los ataques a las Torres Gemelas. Conocí a Kike Santander, importante productor musical que escribió canciones para Gloria Estefan; y entrevisté a Juanes, un bacán que nos atendió sin problema y que ese día fue la estrella invitada. Además, me gané un regaño grandísimo de la editora de farándula del noticiero en el que trabajaba, porque di una información errada.
Fue una jornada emocionante; como la del jueves, la que me perdí. No obstante, las redes sociales se encargaron de recordarme el descuido y, hasta en la sopa, he visto lo que sucedió con esa “selección criolla”.
Esta vez, según Instagram y en mi concepto, los Latín Grammy recuperaron la capacidad de sorprender. Definitivamente, es mejor ver esto en vivo y no en la repetición; y mucho menos, por pedacitos. La ceremonia comenzó con una presentación de Carlos Vives, que fue acompañado, al final de su cantada, por Silvestre Dangond, Juanes, Sebastián Yatra, Camilo y Kapo. Instantes después, recibió el Grammy a la “persona del Año”. Y para su sorpresa (y la mía), quien le entregó el premio fue Jon Bon Jovi.
Latin Grammy Awards, 1 – Hernán, 0.
Para deleite del público (frasesísima de cajón), y para aumentar la tortura por mi olvido, siete premios fueron entregados a siete colombianos (incluido Vives). Ganaron Karol G, Silvestre Dangond, Shakira, Feid, Aterciopelados y Ela Taubert, como mejor nueva artista.
Latin Grammy Awards, 2 – Hernán, 0.
La salsa también fue protagonista. Y varios de sus intérpretes la homenajearon. Cantaron Tito Nieves, Christian Alicea, el Grupo Niche (ay, Dios), Luis Figueroa y Óscar de León, dirigidos por el productor Sergio George. Me gusta mucho la salsa, por eso este fue el tercer “strike”.
Latin Grammy Awards, 3 – Hernán, 0.
Pero la parte más importante de esta intervención fue la aparición de Marc Anthony con La India (ay, Dios), cantando “Vivir lo Nuestro”, el tema que, prácticamente, los volvió famosos y que no interpretaban hace 29 años porque se pelearon.
Latin Grammy Awards, 4 – Hernán, 0.
Y como si esto fuera poco, Rubén Blades ganó Grammy a mejor álbum de salsa con el “Siembra, 45 Aniversario”. En medio de su discurso, Blades agradeció y destacó el trabajo de Willie Colón en el “Siembra” original. Tengan en cuenta que estos dos hace un millar de años no se hablan. ¿Fue un guiño?
Latin Grammy Awards, 5 – Hernán, 0.
Uno de los invitados de honor fue Joe Jonas, integrante de “Jonas Brothers”. El tipo cantó en el show y estuvo acompañado por la “mejor nueva artista”, es decir, por Ela Taubert, de Colombia.
Latin Grammy Awards, 6 – Hernán, 0.
Los otros goles, ni para qué numerarlos, pero si mencionarlos: homenaje a Vicente Fernández, José José y Juan Gabriel; Pitbull y Bon Jovi cantando juntos; y Juan Luis Guerra recibiendo Grammy y cantado.
Este “partido” duró tres horas; y en él, la Academia dejó claro que no hay que ser tan terco, como un técnico de fútbol, y se debe aceptar que hay evolución musical, así no nos guste.
La moraleja está clara: no deben ser cerradas las puertas a lo que, por años, nos ha explicado y demostrado que existen cosas que vale la pena destacar; y que dar segundas oportunidades, no necesariamente, es sinónimo de falta de fortaleza.
Prometo, solemnemente, no perderme la ceremonia del año entrante; y los invitó a que la vean. Habrá momentos o ganadores que no nos gusten, pero es una gran oportunidad para estar enterado de lo que está “en boga” y de lo que los expertos del mundo de la música consideran como valioso.
Y en lo que tiene que ver con el onceno de Lorenzo, espero que el martes le ganen a Ecuador, en Barranquilla; y que con el triunfo podamos llegar al final del año sin tener que hacer cuentas para clasificar al Mundial 2026.
Más les vale (por piedad con mi estrés) …
@HernanLopezAya
*Comunicador Social y Periodista de la Universidad Jorge Tadeo Lozano con 26 años de experiencia en televisión y Oficinas de Comunicación. Fue jefe de emisión del fin de semana en RTVC NOTICIAS. Ganador del premio de periodismo Álvaro Gómez del Concejo de Bogotá en 2016. Bloguero de KIENYKE durante varios años