En el Once Caldas: El partido más importante es el próximo 

Compartir en redes sociales

Foto Once Caldas

Esteban Jaramillo Osorio

Por destacado que haya sido el resultado del juego contra Junior, con goles maravillosos, en contravía de los pronósticos y en un ejercicio con voltaje, coraje y lucha, el partido más importante para el Once Caldas es el próximo ante América.

Así es el futbol. Reto tras reto. Con obligaciones impostergables, en este caso el triunfo, para ambicionar una estrella. Para hacer realidad un sueño.

El Once no ha brindado exhibiciones con derroches técnicos, pero sí ha sido laborioso, juicioso en el trámite, sin trampas, serio, simple y comprometido.

Con desgaste atlético desbordante, respaldado por el trabajo con método que llega desde un experto, el preparador físico en ejercicio Mauricio Roldán, y el excepcional manejo de las lesiones de los futbolistas en la enfermería, por parte del médico Gustavo Vinasco.

No tengo duda. Los jugadores lo han dado todo… y algo más. Se ven unidos, con el vestuario limpio tras borrar el protagonismo con vanidades de Lucas Ríos, un futbolista inestable, quien furioso, sin mérito alguno, pidió titularidad en medio de conflictos. Al punto de condicionar su continuidad, a la salida del técnico.

En los últimos tiempos, el actual es el mejor año para el Once Caldas. Pero no ha sido tarea fácil alcanzar los objetivos. Una copa internacional, lejos del descenso, dos clasificaciones, los registros históricos de su goleador Dayro Moreno, el camino firme hacia la redención económica y muchas tardes inolvidables de  futbol, le dan brillo a los balances.

Para beneficio general, ha regresado el goleador Dayro. Se sacudió de sus delirios de estrella, empezó a trabajar para el equipo, reencontró el camino del gol y se transformó en asistente de lujo en ataque para sus compañeros.

Muchos “lo daban por muerto”.

Bajó el tono de los regaños en público que tanto fastidian. A su lado un rayo, llamado Michael Barrios, con futbol a la usanza antigua: atrevido, demoledor con sus zancadas rápidas, hábil para eludir rivales, peligro latente en el ataque como alternativa, dominando la escena con sus arranques.

En crecimiento y consolidación un grupo de futbolistas que se presentaron como alternativas y se convirtieron en piezas básicas de la campaña. Tan importantes como los ya conocidos Aguirre, Riquett, Cardona, Cuesta, Rojas y Patiño a pesar de las vacilaciones en la marca de este último.

El Once Caldas es un equipo utilitario que con creces ha cumplido la tarea. De aquí en adelante todo es ganancia. Porque con honores pasó el año.

Se ha sobrepuesto a la lesión drástica de su eje, Mateo García, a la marcha  de algunos futbolistas, a las deserciones y lesiones, que han afectado, por momentos el rendimiento.

Como postre, al banquete de fin de año, las directivas gestionan las necesarias incorporaciones para reforzar el equipo con miras a la próxima campaña. *Esteban J*.

Sigue leyendo