Estuvo presente esta temporada en los tendidos de la Monumental Plaza de Toros de Manizales Manuela Eslava, hija de Pepe Cáceres, y quien revivió el recuerdo de su padre: “Es una emoción muy grande estar acá, es una reconexión de lo que es mi historia con mi papá y el amor que él le tenía a Manizales y el que Manizales le tiene a él. Es realmente hermoso estar acá y disfrutar de esta feria tan linda con estos grandes toreros y ganaderos, acá vale la pena venir”.
Manuela le dijo a La Veintitrés que por esas cosas de la vida durante el crecimiento después de la muerte de su padre, estuvo muy alejada del mundo taurino, y agregó: “de unos años para acá he sentido ese deseo de volver a lo que son las raíces de uno, y por eso regresé a Manizales el año pasado y acá estoy nuevamente”.
La hija de Pepe expresó finalmente que “es demasiado emocionante estar acá y ver cuando me reconocen como la hija de Pepe Cáceres, el amor con el que me saludan, ese abrazo tan especial que me dan, y siempre palabras bonitas en reconocimiento a mi papá, entonces gracias, gracias porque después de tantos años sigue él acá presente, y aquí lo tienen y aquí está con ustedes por siempre”.
El Maestro Pepe Cáceres, José Humberto Eslava Cáceres, fue el más grande torero de su época y triunfó en muchas temporadas taurinas de nuestra ciudad, dejando un legado que nunca se olvidará. Las cenizas del torero colombiano reposan en Cripta de la Catedral de Manizales.
En marzo de este año se cumplirán 90 años de su nacimiento y en agosto, 38 de su fallecimiento tras haber sido corneado por el toro Monín en la Plaza de Sogamoso el 20 de julio de 1987.
Manizales fue su plaza por excelencia, acá actuó durante 25 temporadas y se ganó 4 veces el trofeo de la feria como el mejor torero de cada una de esas temporadas (1958, 1959,1962 y 1968), la réplica en oro de la Catedral de Manizales.
El Padre Francisco Giraldo González fue uno de sus protectores en el comienzo de su carrera, por eso en la capital caldense se hizo novillero primero y después matador.
