En la edición 186 de la revista Aleph del Maestro Carlos Enrique Ruiz, Orlando Mejía Rivera escribió un artículo titulado “Recuerdos del Festival Internacional de Teatro de Manizales”, en donde refiere a una de las anécdotas vividas por el recientemente fallecido Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, con motivo de su visita a Manizales durante la celebración del Festival en nuestra ciudad.
Comienza diciendo Orlando en su escrito que “Como el dinosaurio de Monterroso, el Festival de Teatro de Manizales siempre ha estado ahí. Nos ha acompañado desde la pubertad en el colegio, la adolescencia en la universidad, la juventud en la profesión médica, la adultez en la docencia…”
Y luego, en el párrafo dedicado al escritor peruano dice: “Los instantes vitales son múltiples y todos ellos han surgido gracias al Festival de Teatro. Por supuesto, también están las claves intelectuales y artísticas que nos abrieron a nuevos mundos y autores: Grotowski, Beckett, el teatro Negro, el teatro Griego. La invitación a escritores de gran prestigio y debo recordar acá el regreso de Mario Vargas-Llosa al Festival del año 1999, cuando con Octavio Escobar tuvimos el honor de presentarlo y dialogar con él. En esa ocasión dijo algo que ha sido corroborado en el reciente libro de Conversaciones en Princenton(2017) con Rubén Gallo. Contó que cuando vino al Festival del año 1971 «se hizo un acto en la universidad y cuando subí a la tribuna, además de recibir insultos feroces, se me acercó un señor que me dijo: ‘Usted no va a salir vivo de aquí; si usted me autoriza, yo saco a su mujer del auditorio, porque a usted lo matan’ ”.
Obvio que no le pasó nada y en su retorno a Manizales se le brindó un desagravio espontáneo y generoso, por cientos de personas que llenaron los salones del Fondo Cultural Cafetero y recibió Vargas-Llosa un abrumador reconocimiento a su obra literaria, en un cerrado aplauso que duró más de diez minutos seguidos”.

foto archivo personal
Orlando recodó que él y Octavio Escobar fueron los encargados de de presentar a Vargas Llosa en septiembre de 1999, cuando llegó como invitado al Festival internacional de Teatro, y durante varias horas hablaron de literatura y otros temas relacionados con el mundo editorial.
Esta es una manera de recordar en La Veintitrés al laureado escritor, quien dejó huella en su paso por la capital caldense.