Eugenio Baena: la voz que amanecía con Colombia

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Fotos eluniversal.com.co

Por más de cuatro décadas, sus “Buenos días, buenos días, buenos días” no solo abrían un programa. Abrían el día. Y abrían el corazón de miles de oyentes. Era el padre del campeona mundial de Patinaje La “Chechi” Baena

Eugenio Baena, el querido «Bate», ya no está. Se marchó a los 72 años, víctima de un paro cardiorrespiratorio tras varios días de hospitalización en la clínica Neurodinamia de Cartagena. Con su partida, se apaga una de las voces más emblemáticas del periodismo deportivo colombiano. Pero su eco, como sus mañanas, seguirá sonando en la memoria de una audiencia que lo sintió como parte de la familia.

Una voz nacida en la Costa y adoptada por todo un país

El viaje de Eugenio por el periodismo comenzó en los años 70, en la radio cartagenera, donde su estilo cálido y cercano empezó a ganarse oyentes. No necesitaba alardes ni escándalos. Con voz firme, relato sabroso y un dominio natural del micrófono, construyó una relación genuina con el público. Desde ahí, no paró más.

Su gran trampolín fue “Buenos Días, Deportes”, un programa que durante los años 80 y 90 se convirtió en referente indiscutible de la radio deportiva en la Costa Caribe y en buena parte del país. En una época donde no existían redes sociales ni transmisiones digitales, Eugenio era el noticiero, el comentarista, el amigo de la mañana y el narrador de las glorias y derrotas del deporte colombiano.

Pasó por Caracol Radio, Cablenoticias, RCN, CM& y Telecaribe, dejando huella en cada cabina, en cada equipo, en cada colega que encontró en él a un maestro con alma de hincha.

Eugenio con su hija, La «Chechi» Baena

El amor por el béisbol, el boxeo y la vida

Más allá de la radio, su corazón latía por el béisbol y el boxeo, dos pasiones que lo llevaron a cubrir eventos de talla mundial. Entrevistó a leyendas como Muhammad Ali y Hank Aaron, estuvo presente en series mundiales, mundiales de fútbol, Juegos Panamericanos y combates de título que lo hacían vibrar.

Pocos periodistas en Colombia podían presumir de haber vivido tantas gestas deportivas de cerca. Pero Eugenio no presumía: contaba, compartía, enseñaba.

El reconocimiento a una vida entera de oficio

En la última década, aunque más pausado, Eugenio nunca dejó el micrófono. Retomó su querido “Buenos Días, Deportes” con la misma energía con la que lo empezó, demostrando que el periodismo para él no era trabajo, sino vocación.

En junio de 2024, la Alcaldía de Cartagena le rindió homenaje con la medalla Orden Pedro Romero, reconociéndolo como uno de los grandes líderes del periodismo deportivo de la ciudad. Fue un momento merecido para quien tantos años entregó su talento con generosidad y humildad.

Una despedida que duele, pero inspira

Hoy, Cartagena está de luto, pero también de gratitud. Se fue Eugenio Baena, pero se queda el legado del maestro. La voz que despertaba a un país con alegría y respeto. El periodista que enseñó que se podía hacer radio con el alma.

Y aunque su silla esté vacía, su «buenos días» seguirá sonando en el corazón de los colombianos. Porque las voces auténticas no mueren. Solo cambian de frecuencia.

Fue padre de la campeona mundial de patinaje Cecilia “Chechi” Baena, a quien siempre apoyó con el mismo amor con el que narraba un gol o un nocaut. Hoy ella, con palabras llenas de esperanza, lo despide con amor:

«Una historia que aún no ha terminado de contarse. Un corazón que dudó, pero no se rindió…»

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