Frente a los recientes mensajes ofensivos que circularon en redes sociales y en escenarios deportivos durante el clásico del Eje Cafetero, los Concejos Municipales de Manizales y Pereira emitieron un comunicado conjunto de rechazo a toda forma de violencia simbólica, xenofobia o discurso de odio entre hinchas de ambos equipos.
“Somos ciudades hermanas. Nuestra historia compartida, nuestras raíces comunes y el amor por la región nos unen más allá de cualquier camiseta”, señalaron corporados de ambos concejos.
El pronunciamiento surge como respuesta a una pancarta desplegada por parte de una barra del Deportivo Pereira con el mensaje: “No es miedo al clásico, es asco a la gente”, lo cual fue calificado por líderes del Concejo de Manizales como una incitación al odio que podría desencadenar hechos lamentables.

Llamado urgente a la paz
Durante una rueda de prensa, el presidente del Concejo de Manizales expresó su preocupación por el aumento de agresiones verbales que pasan de lo deportivo a lo social.
“Estamos viendo un sicariato digital en redes sociales. Jóvenes se amenazan, se provocan, y cuando se encuentran, ocurren enfrentamientos. No podemos permitir que frases como estas terminen dejando familias destruidas”, señaló el concejal.
En el mismo espacio, se hizo un llamado al club Once Caldas y a su barra organizada Holocausto Norte, para que también reflexionen sobre los mensajes que promueven violencia simbólica, como el tifo reciente en el que aparece un jugador del Deportivo Pereira sin piernas, o publicaciones de jugadores pateando la bandera del equipo rival.
Un mensaje de unidad: “El balón no puede dividirnos”
La idea, según los corporados, es enviar un mensaje de desescalada del lenguaje agresivo y promover campañas de convivencia entre hinchadas.
“Hoy más que nunca debemos volver a vernos como una sola región. Esta rivalidad no puede convertirse en odio. El fútbol debe ser motivo de alegría, no de tragedia”, puntualizó el concejal manizaleño.

Ambos concejos reafirmaron su compromiso de trabajar en espacios de diálogo ciudadano, involucrando a líderes de barras, autoridades locales y los propios clubes deportivos para garantizar que los clásicos del Eje Cafetero sigan siendo una fiesta de fútbol, no un campo de batalla.
Que el próximo clásico sea un encuentro de hermandad, no de confrontación. Porque entre Pereira y Manizales no hay fronteras, solo historia compartida.